Viengsay Valdés: Ballets de Monte-Carlo, un regalo de lujo para Cuba

La directora del Ballet Nacional de Cuba (BNC), Viengsay Valdés, calificó hoy de regalo de lujo para la audiencia cubana las recientes presentaciones de Les Ballets de Monte-Carlo en La Habana.
El conjunto danzario interpretó el espectáculo Core meu (Mi corazón), con música en vivo de Antonio Castrignanò y Taranta Sounds, coreografía del francés Jean-Christophe Maillot, director de la compañía que regresó a La Habana de la mano de su principal patrocinadora, la princesa de Mónaco, Carolina Grimaldi.
La maestría coreográfica mezclada con una sutil y precisa musicalidad que marca el sentido del movimiento, la suma de energía y vitalidad de los bailarines ha sido muy emocionante, atestiguó la primera bailarina del BNC en diálogo con Prensa Latina.
Maillot supo llevar la naturaleza humana a la danza de la forma más transparente posible, aseveró Valdés.
Según la también presidenta del Festival Internacional de Ballet de La Habana Alicia Alonso, el azar impidió a la compañía de Mónaco actuar en el evento, previsto para noviembre anterior.
El comité organizador de la cita no dejó de realizar esfuerzos por hacer realidad la invitación y la oportunidad surgió ahora, Viengsay cree que ha sido mejor porque pudieron acaparar la atención del público, que no se cansó de agradecer y repetir las funciones del 16 al 18 de mayo, en el Teatro Nacional.
No siempre se logra elevar el espíritu de esa manera, hacer que la realidad desaparezca, alcanzar semejante complicidad con la audiencia y sembrar motivación, apuntó la Premio Nacional de Danza 2025.
A criterio de Valdés, el diseño de vestuario del español Salvador Mateu constituyó un total acierto, por su fluidez y color, además resultó empleado de manera magistral por los danzantes, al punto de legar imágenes inolvidables, como cuando una bailarina rueda al proscenio con delicadeza y queda enrollada en su vestido como una sirena.
La entrada del elenco por el área del público con una marcha pareja y un ritmo constante hizo que el tiempo se detuviera, solo existía la expectación; luego, uno disfruta cautivado hasta el final exuberante lleno de éxtasis y se queda con una fuerte impresión, comentó.
Al decir de la experimentada artista, Antonio Castrignanò -con su voz ligera y nasal- dejó a los espectadores en un vilo de ensueño, él igual protagoniza momentos mágicos y funciona como una especie de conductor de la energía en el teatro.
Como todo lo bueno se transmite de voz en voz, la segunda y tercera función ya los espectadores conocían los momentos álgidos y hubo mayor interacción, vítores y aplausos, relató con alegría.
Tener el privilegio en Cuba de apreciar el arte de una a las compañías más importantes de Europa merece un agradecimiento a todos los que hicieron posible esta visita, declaró Valdés sobre un equipo que ella misma integra, pero para el cual subraya su gratitud.
Nuestro público lo merece, una experiencia como esta enriquece, ayuda a aprender y canalizar los sentimientos, nos inspira a todos, testificó la artista a punto de viajar a China, donde se unirá al BNC, en una temporada del clásico El lago de los cisnes, en varias ciudades del gigante asiático.