Un referendo, muchos aprendizajes
Concluyó el Referendo por el Código de las Familias como un ejercicio democrático inédito en la historia constitucional cubana.
Pero más allá de sus resultados —sin dudas, trascendentales para todos los habitantes de esta Isla—, es provechoso pasar balance a todo lo que este proceso, que concluyó el domingo 25, ha dejado como aprendizajes.
Todos los pasos que condujeron a la versión 25 y última de ese documento normativo, incluyendo la Consulta Popular, nos han dejado un magnífico y también inédito retrato de la sociedad cubana, conformado por las opiniones de la población, de los expertos, así como por los muy diversos, y en ocasiones conmovedores, testimonios e historias de vida.
Los profesionales de las ciencias sociales en Cuba, así como los de otras disciplinas y también los directivos y líderes, disponen con este retrato de valiosa brújula para continuar investigando los por qué, los cómo, y, sobre todo, para trazar estrategias que apunten a mejorar la calidad de vida de los cubanos. Una nueva herramienta más para dirigir desde la ciencia.
Otro de los provechosos saldos dejados por esta etapa de elaboración del Código de las Familias hasta llegar al Referendo ha sido la oportunidad de que los cubanos todos se sientan partícipes de esa norma, en la que el sentido educativo que prevalece igual fue construido por todos.
También, como fruto de ese proceso, contamos ya con una sociedad que dispone de más conocimientos para ser más justa porque, en el proceso, aprendimos todos sobre diversidades, angustias, derechos, y sobre el valor del respeto a la dignidad humana.
A la vez, la cultura jurídica de cubanas y cubanos se enriqueció también como nunca antes porque la teoría engarzó con las vivencias propias o ajenas de maneras inolvidables.
Y esa cultura jurídica nos permitirá comprender mejor, al decir del profesor, las leyes que aún están por venir, las que restan en el paquete jurídico aprobado por los diputados y que igual tocan la fibra de la ciudadanía.
Fue un importante e imprescindible prólogo de este ejercicio democrático el protagonizado por la población en 2019, cuando se votó en referendo constitucional por la nueva Carta Magna. Aquel ejercicio posibilitó preparar de modo exitoso la consulta popular, y también la consulta a los especialistas sobre el Código.
Fueron esas consultas las que ayudaron de modo decisivo a quienes redactaron esta norma jurídica, nutriéndoles de ese saber colectivo y también evidenciando la heterogeneidad de criterios y el pensamiento crítico que hoy distingue a la sociedad cubana.
Los padres aprendieron de los hijos; los abuelos, de sus nietos; los heterosexuales, de quienes tienen otras orientaciones sexuales… En una mixtura de afectos y respetos en torno al proceso que derivó en el Referendo Popular por el Código de las Familias, crecimos todos como seres humanos.