Herederos de los juglares

Herederos de los juglares son los locutores, y tal vez de algunos más lejanos, cuando en el teatro griego antiguo sobresalía una voz por encima del coro. Salvando épocas y razones, el arte de la palabra articulada es de los más antiguos que la humanidad conoce hasta devenir hoy en profesión imprescindible de los medios audiovisuales de difusión.

No existe radio ni televisión que podamos concebir sin locutores; esos hombres y mujeres que cada día informan a millones de seres humanos sobre todo el quehacer local, nacional y mundial.

La locución es profesión, oficio y arte. Lo primero porque exige una preparación rigurosa para ejercerla; es oficio, debido a que —lo mismo que el artesano al emplear sus manos—, el locutor utiliza su voz para construir ideas y transmitirlas. Es arte, ya que entraña disposición, habilidad y talento creador.

En los medios de difusión audiovisuales —radio y televisión—la voz ocupa un puesto principal. En la locución se conjugan el lenguaje verbal y el que no lo es. La voz humana no es un mero utensilio de significación acústica; a ella se incorporan el tono, el timbre, la proyección y el ritmo al hablar y al leer, además de los sentimientos de quien con su fonética propia da a conocer los contenidos. Es por ello que lleva implícita una dramaturgia a través de la cual se puede conocerel punto de vista editorial de cada medio.

El oficio de la locución ha evolucionado junto con los medios a los que sirve. En años más recientes, esa evolución se ha visto condicionada por los adelantos en las telecomunicaciones y nuevos estilos en la información. El mundo de hoy precisa de voces y estilos cada vez más adecuados a la contemporaneidad.

A una adecuada dicción y cualidad de voz se añaden la empatía, la complicidad de propósitos o identificación con sus audiencias, y mayor claridad en el decir. Para conseguirlo, la locución actual se liberó de almidones y rigideces, ganando en naturalidad.

Aunque en muchos aspectos de estilo sea diferente, la función del locutor es la misma de acuerdo con el contexto en que tiene lugar. El locutor dialoga con la audiencia, la informa, le proporciona solaz y la mantiene actualizada del acontecer en todas sus manifestaciones.

La gracia en el decir y el desenfado son indispensables en los medios de difusión. En estas cualidades el balance sonoro tiene un rol importante; cuenta a su favor con la creciente presencia de voces femeninas. Sin ellas los medios estarían incompletos. Voces femeninas y masculinas se conjugan y complementan para lograr la armonía sonora.

Cada primero de diciembre celebramos el Día del Locutor y reconocemos la función social de quienes conjugan profesión, oficio y arte. A nuestras locutoras y locutores les agradecemos acompañarnos en todos nuestros momentos y ser las amigas y amigos que se convierten en los anfitriones de nuestros hogares.

¡Feliz Día del Locutor!

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