Lavrov condena el chantaje de Occidente: «No recuerdo esto ni siquiera durante la Guerra Fría»
El canciller ruso calificó de «bandoleros» los métodos con los que EE.UU. obtiene los votos de otros países en organizaciones internacionales.
La mayoría de los países del mundo resisten a la presión occidental para que se sumen a las sanciones antirrusas, que incluyen métodos que están lejos de ser diplomáticos y que representan diversas formas de chantaje, afirmó el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov.
En declaraciones a la agencia cubana Prensa Latina, el canciller ruso señaló que a los países de África y Latinoamérica «constantemente los chantajean y amenazan, advierten que dejarán de financiar, les crean problemas para obtener préstamos del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial».
«Sabemos por cuáles métodos sin escrúpulos, literalmente bandoleros, obtienen muy a menudo esos votos, lo sabemos muy bien», dijo, mencionando como ejemplo el chantaje con las cuentas bancarias en EE.UU. o la presencia de familiares de embajadores que estudian en Occidente.
«A esto no se le puede decir diplomacia, esto es puro chantaje por debajo de cuerda. No recuerdo esto ni siquiera durante la Guerra Fría. Pero tres cuartas partes del mundo, que es un grupo de países que llamamos la mayoría mundial, y que muchas veces no aprueban esos pasos, al votar no se suman a las sanciones y cada vez más países no lo van a hacer», subrayó.
Explicó que está creciendo la compresión en el mundo de que «seguir el juego de Occidente, seguir ciegamente su estela, tal vez pueda ser peligroso para ellos en un momento determinado».
«Nadie sabe quién, el próximo año o dentro de un año, será calificado por los estadounidenses como una amenaza o como objeto de ataque, de aislamiento, solo porque el castigo puede desempeñar un papel positivo en las elecciones presidenciales o en las legislativas intermedias. En los estadounidenses todo está atado a sus propios intereses egoístas», indicó Lavrov.
En ese orden, puntualizó que la Segunda Cumbre por la Democracia, que el presidente estadounidense Joe Biden acaba de realizar, tuvo un círculo de invitados «muy indicativo» pero sin «ningún criterio claro», pues el «único criterio es la lealtad, y no tanto a la democracia estadounidense como al actual Partido Demócrata de EE.UU.».
«Occidente es un participante directo en esta guerra»
Lavrov recalcó que Occidente «una vez más decidió elegir la teoría nazi y la práctica nazi para declarar la guerra; esta vez, una guerra híbrida contra la Federación de Rusia».
Precisó que la guerra está siendo librada por militares ucranianos bajo orden del régimen de Kiev, pero citó las declaraciones de los propios líderes ucranianos de que si no hay un suministro continuo de más y más armas ofensivas, Kiev perderá.
«Esta es una confesión muy característica, y significa sólo una cosa: que Occidente es un participante directo en esta guerra, sin su concurso habría terminado hace mucho».
Recordó que antes de lanzar la operación militar, Moscú intentó lograr un arreglo político a través de la implementación de los acuerdos de Minsk y luego, en diciembre de 2021, a través de la negociación de un acuerdo con EE.UU. y la OTAN sobre garantías mutuas equivalentes a la seguridad indivisible, esfuerzos que «fueron rechazados».
«Estamos luchando por las condiciones de seguridad de nuestro país, que durante los últimos 30 años han sido consistentemente destruidas por Occidente», dijo, y responsabilizó a EE.UU. de destruir todos los tratados en el campo de la estabilidad estratégica.
En el contexto de la operación militar especial, acentuó la lucha «por el destino de esas personas a las que el régimen de Kiev amenazó públicamente con destruir, los declaró terroristas», dijo con referencia a la población del este de Ucrania, que no reconoció el golpe de Estado de 2014 en Kiev.
«Protegemos sus derechos en total conformidad con la carta de la ONU y las convenciones internacionales, su derecho a determinar cómo quieren seguir viviendo en las tierras que fueron de sus antepasados durante siglos y siglos».
«La reevaluación de todo lo que está pasando ya comenzó»
Al hablar sobre la política internacional de Estados Unidos, Lavrov aseguró que no solo los países del sur global quieren mayoritariamente librarse de los «caprichos» de Washington, sino también una serie de países europeos que entienden que «están siendo utilizados, incluso dentro del mismo sistema [internacional de transferencias interbancarias] SWIFT».
Argumentó que las naciones europeas ven lo que le sucede a sus economías en una situación en la que «se ven obligadas a financiar no solo la guerra en Ucrania, sino también la vida cotidiana en Ucrania, debido a la incapacidad del régimen de Kiev de hacer cualquier cosa en esta área».
«[Ven] cómo Europa está perdiendo sus ventajas competitivas; cómo Europa, que se vio obligada a abandonar el gas ruso barato, está en general acercándose a la línea de desindustrialización; cómo las empresas europeas se están yendo a EE.UU.», dijo.
No obstante -continuó-, todo esto «no será en vano y la reevaluación de todo lo que está pasando ya comenzó, incluso en la mente de los políticos europeos». Y si bien hay algunos que todavía no tienen nada en mente, dijo estar «convencido de que la población de Europa se los recordará y tratará de introducir un sentido de realidad en esas mentes».
Inspiración en el ejemplo de Cuba
Respecto a las sanciones, reconoció que Rusia está «experimentando ciertas dificultades», pero las está «superando, ante el asombro de quienes profetizaron el colapso de la economía rusa».
Entre los esfuerzos gubernamentales para superar estos problemas, mencionó las negociaciones entre diversos departamentos rusos y sus socios extranjeros sobre la creación de «mecanismos independientes de Occidente en la entrega de productos y su seguro y en la financiación».
«En este trabajo nos inspiramos en el ejemplo de Cuba, que vive desde hace muchas décadas bajo sanciones estadounidenses absolutamente ilegales, que se mantienen en contra de la clara voluntad expresada por la abrumadora mayoría de los países miembros de las Naciones Unidas, con excepción de tres o cuatro Estados que no son independientes», enfatizó.