El estudio de la astronomía también une a Cuba y Rusia

Desde el estudio de asteroides y la evolución de las estrellas hasta el trabajo de geodesia espacial, La Habana y Moscú han colaborado en el campo de la astronomía en múltiples aspectos. Una de las líneas fundamentales de dicha cooperación se cifra en el Observatorio Cubano-Ruso inaugurado en 2022.

El trabajo conjunto entre La Habana y Moscú para la optimización y garantía de funcionamiento del observatorio astronómico es de suma importancia, ya que este debe operar durante 24 horas los 365 días del año, con la realización, siempre que las condiciones meteorológicas lo permitan, de las observaciones nocturnas.

Así refirió a Sputnik, Omar Pons Rodríguez, director de Desarrollo Técnico del Instituto de Geofísica y Astronomía del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), durante la XIV Convención Internacional sobre Medio Ambiente y Desarrollo celebrada en la capital cubana, del 3 al 7 de julio.

El experto señaló también otras prioridades dentro de la colaboración bilateral como la continuidad de la preparación del proyecto de Observatorio Nacional Astronómico, en Valle de Picadura, en la provincia de Mayabeque.

“También, la impartición de materias vinculadas con la radioastronomía, en la cual Cuba aún no posee formación y por ello necesitamos prepararnos. Esa asignatura no forma parte de ninguna carrera de las incluidas en los centros de educación superior del país”, agregó el ingeniero Pons Rodríguez.

Este intercambio es clave para los especialistas cubanos en el establecimiento de una red de trabajo con los observatorios rusos para el rastreo de los objetos cercanos a la Tierra como los meteoros, asteroides y basura espacial; así como el estudio del espacio profundo.

La colaboración con la nación euroasiática comenzó en 2016, indicó Pons Rodríguez, mediante los nexos con la Academia de Ciencias de Rusia, específicamente con el Instituto Astronómico Estatal Shtérnberg de Moscú; el Instituto de Astronomía Aplicada, en San Petersburgo, y el Observatorio Astrofísico Especial.

Inicialmente, los objetivos fueron la construcción de una estación colocalizada de geodesia espacial, primera de su tipo en el Caribe, que comprende la instalación de una radio-antena de 13 metros de diámetro para la interferometría de muy larga base —técnica usada en radioastronomía para la obtención de imágenes—; la ubicación de un sistema de rastreo de satélites por láser y de un receptor de sistema de posicionamiento por satélites.

Ello representaría, de acuerdo con Pons Rodríguez, una alta precisión en los instrumentos del sistema de medición para el monitoreo del desplazamiento de las placas tectónicas, el nivel de ascenso del mar, la georreferencia respecto a los satélites y el apoyo a los sistemas de navegación vía satelital.

Además, el trabajo conjunto prevé la instalación de dos telescopios ópticos; la renovación de la Estación Radioastronómica Solar de La Habana, creada para el seguimiento de la actividad del sol y su influencia en la Tierra; y la colocación de toda esa tecnología avanzada en lo que el ingeniero cubano calificó como el “gran sueño de la constitución Observatorio Nacional Astronómico”.

En este sentido, “la materialización del Observatorio Cubano-Ruso dentro del Instituto de Geofísica y Astronomía constituye un paso de avance. Está en funcionamiento desde el año 2022 y los especialistas rusos estuvieron a cargo de su instalación”, consideró Pons Rodríguez.

“Tenemos en proyecto la colocación de otro telescopio óptico de 50 centímetros en el IGA y de un clúster de pequeños telescopios para las observaciones de corrientes de meteoros que ocurren con el paso de los cometas”, añadió el experto.

Por su parte, Francisco González Veitía, especialista del Departamento de Astronomía del IGA, reconoció a Sputnik que las investigaciones realizadas en el Observatorio Cubano-Ruso resultan vitales para ambos países.

En particular, señaló, las alusivas al estudio de estrellas variables manchadas —con manchas solares en alrededor del 30% de su superficie—, imprescindible en la generación de modelos sobre la evolución estelar.

El experto cubano indicó además la importancia de otras exploraciones en torno a los asteroides cercanos a la Tierra, cuya localización es “muy importante, sobre todo, tras el evento meteórico de Cheliábinsk, en Rusia, en febrero de 2013, y la presencia de fragmentos de meteoritos en Viñales, Cuba, en 2019, ya que pueden constituir una fuente de peligro notable para nuestro planeta”.

La colisión de uno estos objetos de más de 140 metros de diámetro “pudiera generar una catástrofe de grandes proporciones”, afirmó González Veitía. “De ahí nuestra preocupación por ubicarlos y prevenir un desastre ambiental”.

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