Se agrava la crisis migrante, 107% más arribos que en 2022

Casi setecientas llegadas en dos días a Lampedusa, la mayor de las islas del archipiélago de las Pelagias, en el sur de Italia. La oleada de desembarcos no cesa, en agosto fue casi ininterrumpida con más de 12.000 migrantes.

También el 15 de agosto llegaron a Italia 592 migrantes y anoche habían desembarcado otros 155.
    
Estos son los datos actualizados del Ministerio del Interior que certifican que se ha superado el umbral psicológico de las cien mil llegadas. De hecho, 101.386 personas desembarcaron en Italia desde principios de año hasta la fecha.
    
La cifra se ha más que duplicado (+107%) respecto al año pasado cuando, en el mismo período, se registraron 48.940 llegadas.
    
En la tradicional rueda de prensa del 15 de agosto, el Ministerio del Interior anunció que en los primeros siete meses de 2023 aumentaron las solicitudes de asilo (72.460, +70,59%).
    
En el mismo período de referencia del año pasado había 42.475. El 48,2% de las solicitudes fueron rechazadas (+8,7% en 2023). Se reconoció la condición de refugiado en el 8,6% de los casos (-6,7%), la protección subsidiaria en el 10,1% (-3,3%). Se emitieron 1.089.815 permisos de residencia: 282.154 por trabajo por cuenta ajena, 45.634 por cuenta propia, 191.133 por reagrupación (motivos familiares) y 570.894 por otros motivos (permisos de estudios y casos especiales).
    
El aumento exponencial de personas que intentan llegar a Italia, y en consecuencia a Europa, está ligado a la inestabilidad política de muchos países africanos pero también a la crisis que atraviesa Túnez en particular. Las favorables condiciones del mar empujaron las salidas en agosto.
    
Mientras tanto, el Ministerio del Interior confirma que habrá más expulsiones. El ministro Matteo Piantedosi reiteró, en una entrevista con Il Messaggero, que el gobierno lanzará “una disposición en septiembre para fortalecer el sistema de seguridad con más reclutamiento y más recursos financieros”. De hecho, se anunció un ‘paquete de seguridad’ el 8 de agosto, al final de la cumbre con la primera ministra Giorgia Meloni que siguió a la última reunión del gabinete.
    
“En el último año hemos conseguido un aumento del 30 por ciento en las expulsiones. Queremos subir este porcentaje”, dijo el ministro.
    
Mientras tanto, se ha organizado el traslado de más de 1.200 migrantes que se encontraban en el área de preidentificación creada en el puerto de Porto Empedocle (Agrigento). En cambio, llegaron a Ancona los 106 migrantes del barco humanitario Humanity 1. “Ancona está saturada. También hablé con el subsecretario del Interior Prisco”, se quejó el alcalde Daniele Silvetti.
    
En cambio, el alcalde de Padua, Sergio Giordani, pidió centrarse en la recepción generalizada: “Padua no quiere maxi hubs para migrantes en su territorio, no quiere tiendas de campaña, no quiere tener que pagar las consecuencias de modelos equivocados, por el no obstinado a cualquier tipo de colaboración con las Prefecturas, no que tristemente se sigan repitiendo en 360 grados”.
    
La preocupación de la Iglesia sigue siendo alta en el tema de los migrantes. Monseñor Gian Carlo Perego, presidente de la Fundación Migrantes (de la Conferencia episcopal Italiana, CEI), habló de una “situación dramática” y señaló los vacíos en el “sistema de acogida: actualmente hay un retroceso porque muchas personas se ven obligadas a salir de los centros para que puedan ubicarse los nuevos migrantes que están llegando”. 

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