Las margaritas perfuman en el invierno
A punto de extinguirse diciembre, la sección de artes visuales de la UNEAC en Cienfuegos se permite despedir el año con la muestra colectiva Las margaritas no son para el invierno, que aúna a quince artistas con longeva y profusa obra; asimismo, la voluntad de perseverar en medio de las grandes ofensivas cotidianas y brindar sus creaciones a los públicos ávidos de belleza y verdad. La muestra se construye desde un plano simbólico, tomando aquella flor, que es capaz de soportar los rigores de las bajas temperaturas y suele florecer de modo copioso durante la primavera y hasta el arribo del verano, como figura que posee un significado ancestral, ligado a la amistad incondicional y al amor, aunque en dependencia de su color pueden aludir a múltiples valores: las blancas refieren la hermosura, las amarillas apuntan a la lealtad, las azules a la fidelidad, las rosas al amor pasional, la multicolor al regocijo…
Las margaritas…, la exposición que nos concede la sala Mateo Torriente de la UNEAC, deviene una suerte de jubileo que extracta los anhelos y utopías de nuestros artistas más entusiastas, las aspiraciones para otro año de insospechadas realidades, al tiempo que encomio de tantos éxitos consumados en este 2023. No es un estado de conformidad, sino de razones que nos impelen a reparar el futuro siempre que se nos muestre adverso. En ese camino, es un asidero de esperanzas y voz de una época. A la celebración se sumaron Roberto Gil Esteban, uno de nuestros pintores ingenuos más lúcidos, todo un versado de la croma y perspectiva por yuxtaposición de planos (Competencia de papalotes y Serenata diurna); Raúl Cué Echemendía, nuestro abstractivista de cabecera, quien constata que esta expresión puede aferrarse a un contenido (Apuntes metodológicos I y II); Juan Karlos Echeverría Franco, el juglar de la nostalgia, tan gustoso de las alegorías y la técnica del collage (After The Storm); Adrián Rumbaut Rodríguez, de rigorosa técnica y urdimbre autorreferencial (Horizonte); Vladimir Rodríguez Sánchez, nuestro escultor e instalacionista más exitoso de las tres últimas décadas, que ahora da un giro a sus fabulaciones a través del dibujo y los gags visuales (Arsenal y Ariete); Luis Miguel Rivero García, uno de los benjamines, notorio dibujante y gestor del erotismo femenino (Apuntes cálidos I y II); y Rodolfo Bermúdez Gutiérrez, paisajista de estirpe, que impacta a los públicos con el vigor de los detalles y la luminosidad (Güanaroca).
Igual, comparten sus entelequias (gestadas en este 2023): Annia Alonso Araña, la única mujer y una de las más encomiables en la técnica colagráfica (The Fan/Island); Osmany Caro Yulls, escultor que ha seducido con sus vertebrados de metal y diálogo con el pasado (Herencia del CAME y Tartaristán); José Basulto Caballero, junto a Wayacón el artista naif o popular más diligente, honesto y creativo (Alta demanda); Omar García Valenti, quien se ubica entre los fotógrafos locales que mejor dominan la disciplina y técnica de la plata virada (Raíces); Ángel Fernández Quintana (Ández), uno de los más ensalzados humoristas y diseñador gráfico de la región, autor del cartel que anuncia la muestra (Tango de Orestes y Relato de Orestes); Alexander Cardenés Pérez, preciado grabador que sorprende por el rigor de sus composiciones y universo fabulatorio (El gran circo); Alcides Portal Alfonso, de los últimos en sumarse a las columnas de la UNEAC, un atrayente cultor de la instantánea en blanco y negro (S/T); y el experimentado Rafael Cáceres Valladares, entre los grabadores más loados de la isla (La Reina).
La muestra destaca por la variedad de las disciplinas insertadas, la frescura de los expositores, el minimalismo de los relatos y las conexiones generacionales. De modo que, es una oportunidad de gozo para los públicos fieles a las artes visuales, en especial las ensayísticas. Es cierto que, las margaritas no son muy atentas a los tiempos gélidos; empero, durante el invierno pueden regalar el más intenso de sus aromas. Vista hace fe.