Derbi madrileño in extremis tablas y siguen polémicas

La expresión del vaso medio lleno o medio vacío, según se mire, es sin dudas hoy el mejor resumen del empate in extremis en el derbi madrileño de LaLiga de Fútbol de España.

Lejos de la intensidad y nivel de los dos partidos anteriores en el mes de enero, el Real Madrid, que este lunes se mantiene de líder del torneo, y el Atlético de Madrid terminaron en abrazo a un gol con sensaciones diversas.

Para los colchoneros que dirige el argentino Diego Pablo Simeone, el gol de Marcos Llorente al filo del minuto 94 significó un cierto alivio para no claudicar definitivamente en la justa, aunque se ubique cuarto en la tabla con 48 puntos, a 10 de los merengues.

Sin embargo, después de que le anularan un gol de Savic por fuera de juego discutible de Saúl Ñiguez al inicio del segundo tiempo, y de no encontrar soluciones para remontar el encuentro, la anotación de Llorente fue un bálsamo.

En cambio, a la “casa blanca”, jugando en sus predios del techado “Santiago Bernabéu”, le supo mal, sobre todo porque en el calentamiento se lesionó el brasileño Vinicius Junior y si bien Brahim Díaz regaló excelencias, además del único gol de su equipo, parecía tener en la mano el resultado favorable.

Ya había perdido al germano Antonio Rudiger por lesión y al francés Aureliene Tchouameni por acumulación de tarjetas amarillas. El 1-0 parecía un gran premio, hasta que Llorente le amargó la noche.

Antes, la vigésimotercera jornada del certamen había dejado, para no variar, ácidas controversias en torno a las actuaciones arbitrales, muy en particular para dos conjuntos catalanes.

Primero, el Girona (segundo en la clasificación con 56 puntos), al que se le anuló un gol, sin que exista todavía una explicación coherente, al venezolano Yangiel Herrera en un choque terminó empatando 0-0 contra la Real Sociedad.

Luego, llegó una tarjeta roja por protestas al entrenador del Girona, Michel Sánchez, y acto seguido amarillas al propio Herrera y al neerlandés Dany Blind. Ninguno de los tres podrá estar en el banquillo el próximo sábado frente nada menos que frente al Real Madrid.

En tanto, el Barcelona (tercero con 50 puntos), consiguió salir adelante en su compromiso ante el Alavés 3-1, segundo resultado victorioso tras el anuncio de su técnico, Xavi Hernández, de que termina su contrato el 30 de junio próximo.

Empero, la felicidad de Xavi fue agridulce. Volvió a apostar por el jovencito brasileño Vitor Roque, quien ingresó a la cancha a los 61 minutos, anotó un gol a los 63 y a los 72 fue expulsado por dos tarjetas amarillas que implicado la roja.

Sirvió para que el preparador azulgrana cargara nuevamente contra el arbitraje, en esta ocasión señalando un presunto ensañamiento por el caso Negreira (escándalo por pagos millonarios del Barcelona en el pasado a quien era vicepresidente de los árbitros).

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