El Palacio de Valle, Monumento Local en Cienfuegos
Cienfuegos se caracteriza por su conexión constante con el mar, y la forma en que los grandes y pequeños monumentos se insertan en la península, dan fe de esta relación bahía−cotidianidad, que nos identifica. Y tratándose de símbolos, una pieza arquitectónica de dimensión extraordinaria, cumple las expectativas de asegurar la visión y permanencia de ser nuestra ciudad “La Perla del Sur”.
Reconocido por su representatividad monumental, el Palacio de Valle constituye una marca territorial indeleble ante las amenazas marineras y el inevitable paso del tiempo. Tantos epítetos le acompañan, como el “símbolo de Cienfuegos”, “Joya del eclecticismo”, “El Chalet”… Toda una leyenda su supervivencia arquitectónica, para orgullo nuestro y admiración de los visitantes. Su Declaratoria de Monumento Local, en 1990, reafirma el valor arquitectónico, ambiental e histórico, y más aún, artístico, de este inmueble.
El Palacio de Valle tuvo como antecedente una discreta construcción propiedad de Joseh Díaz, a quien se le atribuye, según la leyenda, el privilegio de ser el primer europeo en establecerse en estas tierras. En el terreno, luego de ser adquirido por Celestino Caces, se construyó un pequeño inmueble, quizás el primer paso de la imagen actual, pero de poca escala y sin otras pretensiones que su tipología doméstica.
Sus dimensiones y la estructura sólida y a la vez en aparente movimiento balanceada por la mezcla de estilos, fue concebida entre 1913 y 1917, luego de establecerse el matrimonio de Acisclo del Valle y Amparo Suero Balbín. Un palacio de extremas complejidades artísticas, donde la utopía y la ostentación pudieron darse la mano, en tiempos que la fortuna de estos propietarios relucía y aumentaba a la par del desarrollo en Cienfuegos.
El nombre de Pablo Donato Carbonell, arquitecto que dio forma a muchos inmuebles representativos de nuestra ciudad, como el antiguo Yacht Club, hoy Club Cienfuegos, permitió la materialización de este palacio. Sus aportes dan fe de la incidencia de esta personalidad en la conformación de la imagen visual y el desarrollo urbano de Cienfuegos. Fue, junto a Alfredo Colli, el que plasmó el diseño de esta joya y es así como la apariencia del Palacio de Valle expresa además el dominio de las proyecciones arquitectónicas de estos maestros.
De manera curiosa, nos preguntamos cómo el Palacio está ubicado en este lugar, hoy Punta Gorda, conjugando la zona de La Punta a manera de bienvenida. Vale recordar que estos terrenos sirvieron como casas de veraneo, siendo de uso recreativo y de esparcimiento por las familias más adineradas. Es así que, la posibilidad y el gusto para la concepción de elegantes mansiones, sirvió para demostrar la capacidad financiera de sus propietarios. Construir en esta zona realzaba aún más esa expresión de progreso que se extendía, paso a paso, en la conformación de una zona residencial.
Esta interrelación con el entorno y las características arquitectónicas dieron paso a la Declaratoria de La Punta Monumento Nacional, en el año 2000, reafirmando así los rasgos extraordinarios de este conjunto, donde prevalecen las construcciones domésticas de madera.
Lo más atractivo, sin embargo, resulta ser esta combinación de antigüedad y modernidad que caracteriza el lugar. Es por ello que a los ojos del visitante pueden combinarse imágenes tan disímiles como un Palacio, un hotel y un fortín. Todos unidos, conjugados armoniosamente. Es así como se percibe, junto al palacete, el conocido Hotel Jagua, hoy en restauración, y junto a este, el fortín Amparo, primero que todas las construcciones de la zona, y que asumía su reto de guardián y protector de la bahía, allá en los años en que amenazaban corsarios y piratas. Un excelente ejemplo de sistema defensivo que merece toda la atención para que perdure y prevalezca en el tiempo.
Para conocer más del Palacio de Valle sugiero el libro “Cienfuegos, la Perla de Cuba”, de la autoría de reconocidos expertos de la Oficina del Conservador de la Ciudad de Cienfuegos, que explica de forma amena y con imágenes excelentes, las maravillas patrimoniales que caracterizan esta joya. No obstante, acercarse físicamente a su estructura, admirar desde la escultura de la India Guanaroca ese imponente espacio construido y percibir la alianza entre bahía y monumento es una experiencia que se debe aprovechar y compartir, tanto por los propios cienfuegueros como por quienes nos visitan. Una imagen inolvidable, extraordinaria y representativa de la Perla del Sur.
Tomado de: www.5septiembre.cu