Danza Contemporánea de Cuba: aniversario 65
El elenco actual de Danza Contemporánea de Cuba está integrado por jóvenes bailarines egresados del sistema de la enseñanza artística. Son muchachos que apenas rebasan los 20 años. Pero los salones en los que ahora trabajan, en el Teatro Nacional de Cuba, tienen mucha historia. Estas artistas y sus maestros son los continuadores de una tradición artística que comenzó hace 65 años, cuando un grupo de fundadores decidió apostar por un estilo y una técnica propios que, con el tiempo, colocaron a la compañía a la vanguardia de la creación coreográfica en el continente. Aquellos maestros no solo crearon una forma de hacer danza, sino que también sembraron los cimientos de una identidad escénica que ha trascendido generaciones. Hoy, los bailarines actuales no solo llevan en sus cuerpos la técnica que les fue legada, sino también el compromiso de mantener viva esa tradición y seguir enriqueciendo el panorama de la danza cubana.
Los fundadores, liderados por Ramiro Guerra, no se limitaron a replicar estilos importados, sino que se propusieron crear un lenguaje propio, integrando elementos de la danza moderna, el ballet y las raíces afrocubanas. Este enfoque innovador situó a la compañía en un lugar destacado en el mapa de la danza contemporánea internacional y marcó un antes y un después en la creación escénica cubana. Herederos de ese legado, a los creadores actuales les corresponde no solo preservar, sino también renovar y adaptar esta tradición a los tiempos actuales, manteniendo el espíritu vanguardista y experimental que definió a sus maestros.
Danza Contemporánea de Cuba sigue siendo fiel a una visión integradora de la danza, en la que convergen diversas corrientes y estilos, enriquecidos por la singularidad de la cultura cubana. Esta vocación ha marcado no solo el trabajo de la compañía, sino también el desarrollo de otras agrupaciones en la isla. Se ha dicho: Danza Contemporánea es la madre nutricia de la danza moderna cubana. La compañía se distingue por su capacidad para dialogar con distintas tendencias sin perder su esencia, reafirmando siempre su compromiso con la experimentación y la creación artística de alta calidad. Es la apuesta de su actual director, el maestro Miguel Iglesias.
La celebración del aniversario 65 de DCC es una oportunidad para reflexionar sobre el camino recorrido y para rendir homenaje a los fundadores y a todos los que han contribuido a hacer de esta compañía un referente internacional. Las actuales presentaciones responden a una continuidad que no renuncia a la innovación, apostando por un diálogo constante entre el pasado y el presente de la danza cubana. Y con el gran patrimonio universal de ese arte. En cada espectáculo, se percibe esa conexión profunda con la tradición, pero también un impulso hacia el futuro, hacia nuevas formas de expresión que mantienen viva la esencia de la compañía.
Para celebrar, Carmina Burana
Carmina Burana, la coreografía de George Céspedes a partir de la icónica cantata de Carl Orff que se presentará desde este viernes en el Teatro Nacional, es el eje fundamental de un espectáculo mayor que integra la música sinfónica y los coros en una experiencia sensorial total. Sin embargo, es posible apreciarla de forma independiente por sus valores coreográficos, que destacan por el uso preciso de los unísonos y el canon, junto a una alternancia de formaciones que generan un complejo y dinámico diseño espacial.
El manejo de la fuerza simbólica en esta obra permite construir puentes hacia la contemporaneidad. Estos elementos coreográficos no solo resuenan con la música de Orff, sino que también ofrecen una lectura actualizada de la pieza, convirtiendo el movimiento en un vehículo que explora temas universales, como la dualidad entre lo sacro y lo profano, que Carmina Burana, el referente, sugiere.
Justamente, la capacidad de tender estos puentes ha sido un sello distintivo de Danza Contemporánea de Cuba durante sus 65 años de existencia. La compañía ha logrado integrar estéticas diversas y conceptos complejos en una propuesta que no solo dialoga con la tradición, sino que la reinterpreta a la luz de estos tiempos.
Las funciones tendrán lugar el viernes 27 y el sábado 28, a las 7:00 p.m.; y el domingo 29, a las 5:00 p.m.