Con toda desfachatez, acciones de la CIA contra Venezuela

Como sacadas de una película de Hollywood parecen las recientes declaraciones del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, respecto a Venezuela. En un acto en el Despacho Oval, el republicano ha confirmado a la prensa que autorizó acciones de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en la nación suramericana.
Las razones que se han dado para justificar estas acciones, transgresoras de todas las normas y del derecho internacional, son absurdas: “el envío de presos, enfermos mentales y drogas a Estados Unidos”.
Con esas absurdas excusas, el presidente estadounidense ha reconocido —sin especificar qué tipo de acciones— su beneplácito para frenar, ahora desde tierra, el supuesto envío de drogas desde el territorio venezolano.
Datos expuestos por autoridades venezolanas e incluso por el diario The New York Times reflejan que el mayor flujo de cocaína hacia la nación norteña se produce por el Océano Pacífico, y no por las costas caribeñas en las que la Armada estadounidense se ha desplegado de manera peligrosa e intimidante.
Según información de la Casa Blanca, desde esta descomunal concentración de tropas en la mencionada región, las fuerzas armadas estadounidenses han matado a 21 personas en sus ataques a pequeñas embarcaciones. Esto lo han hecho, igualmente, violando todas las normas internacionales.
Lo cierto es que Estados Unidos endurece cada vez más su retórica hostil contra Venezuela. Desde acciones comparables al estilo del viejo oeste —como ponerle precio a la cabeza del presidente legítimo de la República Bolivariana— hasta que funcionarios de la actual administración y de instituciones gubernamentales expresaran públicamente la posibilidad de un ataque quirúrgico que asesine a Maduro.
La operación contra Venezuela es muestra de la degradación del imperio y de la crisis del multilateralismo y el derecho internacional. No son acciones nuevas, pero sí lo es la desfachatez con que las informan y las burdas excusas que fabrican.
Bien sabemos los cubanos lo que representan las acciones de la CIA: atentados, sabotajes, introducción de enfermedades… en fin, muerte y sufrimiento para los pueblos.
Por mucho que quieran endulzar la píldora, y aunque la manipulación mediática esté en su apogeo, reconocer que se autorizaron operaciones de la Agencia en Venezuela es reconocer la fabricación del caos. Es insistir en una guerra construida sobre mentiras, que tendrá consecuencias incalculables. Es justificar la pregunta que un periodista le hizo tras el anuncio: “¿Autorizó también la muerte de Maduro?”, cuya respuesta fue: “Es una pregunta ridícula para mí”.
Y la verdad es que tan ridícula como peligrosa es la actitud del mandatario republicano, que provocó una nueva reacción del gobierno venezolano.
En un comunicado, el canciller de la República Bolivariana, Yván Gil, condenó estas declaraciones que evidencian las nuevas acciones de Estados Unidos contra la paz y la seguridad de Venezuela.
“Es evidente que tales maniobras buscan legitimar una operación de ‘cambio de régimen’ con el fin último de apropiarse de los recursos petroleros venezolanos. Asimismo, las declaraciones del mandatario estadounidense persiguen estigmatizar a la migración venezolana y latinoamericana, alimentando discursos xenófobos y peligrosos”, reza el comunicado.
Una vez más, Estados Unidos pone a América Latina y el Caribe en una situación de inseguridad, recurriendo al garrote con la intención de someter a los pueblos.