Jura de la Bandera Cubana por los insurrectos de Cienfuegos

A finales de agosto de 1895 numerosos patriotas habían tomado las armas en la región cienfueguera. Las zonas rurales de Cumanayagua, Lajas y Cartagena, en las que operaban Alfredo Rego, José González Planas, Juan B. Castellanos y Antonio Machado Cardoso, aportaron la mayor cantidad de hombres. El campamento principal de la Brigada de Cienfuegos radicaba en el valle de la Siguanea.

La masiva afluencia de hombres de procedencia humilde y diversos orígenes étnicos permitió conformar la denominada Brigada de Cienfuegos con los insurrectos cienfuegueros que operaban en las montañas del Escambray. Al Coronel José Rogelio Castillo, correspondió cumplir estas misiones de carácter organizativo por orden del Mayor General Carlos Roloff, jefe del Cuarto Cuerpo del Ejército Libertador en Las Villas. En su Diario de Campaña el colombiano Castillo escribió el 31 de agosto lo siguiente: “Salimos del Quirro el día 31…  a las 2:30 p.m. … incorporándose a nosotros el Coronel Alfredo Rego, Jefe interino de la Brigada de Cienfuegos, con la escolta que lo acompañaba; y después de hablar… de asuntos de la Brigada y su organización formé dos regimientos con  las  fuerzas que contaba…”. Eran alrededor de seiscientos los independentistas bajo el mando de Rego.

Por entonces, el acoso enemigo no cesaba después del ataque al batey del antiguo ingenio Cantabria. El día 3 de septiembre nuevamente se combate en Arroyo Grande contra una columna española de alrededor de 200 soldados. Ese día perdió la vida  el capitán mambí de piel negra Valentín Sosa, el oficial N. Entenza y un soldado. Poco después, el mencionado oficial Castillo regresa para ocupar la Jefatura del Estado Mayor del Cuarto Cuerpo.

Corren días en que las filas insurrectas cienfuegueras incrementan notablemente sus fuerzas. El 16 de septiembre de 1895 fue aprobada por el Gobierno en Armas la Constitución de Jimaguayú. En todas las brigadas del Ejercito Libertador se realizó la ceremonia de Lectura de la Constitución y Jura de la Bandera. En los primeros días del mes de octubre los insurrectos de Cienfuegos se concentran en el campamento de Mercon, ubicado en los lomeríos de la zona de Cumanayagua para proceder al juramento. En la solemne formación de los regimientos, batallones, escuadrones y compañías “bajo un sol que rajaba las piedras”, el coronel Alfredo Rego explicó en breve y emotivo discurso el deber de todos los soldados de obedecer la Constitución Provisional de la República y al Consejo de Gobierno creado por la Asamblea de Jimaguayú, entre cuyos representantes estaban los delegados de Las Villas. Luego un joven oficial del Estado Mayor de la Brigada procedió a la lectura del texto constitucional. En ese momento Rego había puesto en manos de los soldados la bandera cubana. El mambí Andrés Soto Pulgarón describe ese sublime momento:

En esto el Estado Mayor, al centro del cuadrilátero que se había formado, se llaman a dos soldados, que desenvainan sus machetes, que en alto cruzados forman una cruz y van a formar un triángulo con la bandera, por debajo de este dosel desfila toda la fuerza, presentando armas y llenos del mayor entusiasmo…”

La emotiva e imponente ceremonia en el campamento insurrecto concluye bajo la orden de “rompan filas”, luego de todos alzar los machetes y secundar los gritos de honor lanzados por oficiales y soldados de ¡Independencia o Muerte!, ¡Viva la República de Cuba! que caracterizaran el bregar combativo contra las tropas colonialistas españolas.

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