Submarinistas reviven historias en Cienfuegos
Como se ha hecho tradicional en los últimos años, cada 9 de febrero los submarinistas de la Marina de Guerra Revolucionaria (MGR) conmemoran la llegada a las aguas de la bahía de Cienfuegos del primer sumergible procedente de la antigua Unión Soviética, esta vez coincidiendo con el aniversario 45 de tan trascendental acontecimiento.
Una vez más el Museo Histórico Naval de la Perla del Sur acogió la sede por la efeméride, encuentro en el que estuvieron presentes tripulantes y familiares de aquella aguerrida Brigada de Submarinos, oficiales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), representantes del Partido y de las organizaciones de masas del municipio y la provincia, así como de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC). Especialmente invitados para la ocasión asistieron, además, alumnos de la Escuela Militar Camilo Cienfuegos y pioneros de diferentes escuelas del territorio.
A propósito de tan significativa fecha se dio el lectura al mensaje de felicitación del Jefe de la MGR, contralmirante Luis Reyes López. En la misiva, el alto oficial de las FAR resalta que tal hecho constituyó un hito en la fundación de la Brigada de esos medios navales, como muestra fehaciente de la capacidad y preparación de los jefes, oficiales, suboficiales, sargentos y marineros en el dominio de tan compleja técnica de combate, y la convicción de que esta siempre sería una Marina de Patria o Muerte, como la calificara el Líder Histórico de la Revolución, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.
Un momento de particular emotividad resultó la entrega del diploma de Reconocimiento a los integrantes fundadores de la tripulación del SS-725, denominación del primer submarino arribado a Cuba. La propia condición le fue conferida de manera honorífica al Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez, al vicealmirante de la Reserva Pedro M. Pérez Betancourt y al contralmirante Lázaro Román Rodríguez, Comandante de aquel primigenio navío.
En el propio escenario, la ocasión fue propicia para que un grupo de nuevos asociados a la ACR recibieran el sello que los acredita como tal, de manos de Roberto Carles Albanés, presidente de esa organización en la provincia.
Entre anécdotas, impresiones y testimonios varias intervenciones de hijos, nietos y otros familiares de submarinistas dieron fe de cuanto legado para las posteriores generaciones significó el ejemplo, la abnegación, voluntad y sacrificio de quienes fueron pioneros en la difícil misión de custodiar las costas y aguas territoriales de la Patria, desde las profundidades del mar.
El capitán de corbeta de la Reserva Máximo Gónzalez Fritze, en nombre de los organizadores del encuentro, en apretada síntesis se refirió a la preparación y conformación de lo que sería la Brigada de Submarinos, en la ciudad soviética de Riga, a finales de la década de los años setenta, vital acción, dijo, dada la permanente necesidad de proteger a la Revolución e incluir esta técnica de combate en el potencial defensivo de la Marina de Guerra Revolucionaria.
“El 28 de diciembre de diciembre de 1978, recordó, en el muelle número 1 de la Base Naval de Riga, se recibe el primer submarino, bautizado como SS-725. Tras 31 días de navegación, en difíciles condiciones marítimas, el primogénito sumergible, comandado por el entonces capitán de corbeta Lázaro Román Rodríguez, queda abarloado al buque de aseguramiento de la marina soviética que lo acompañó hasta el espigón del muelle de ferrocarriles de la barriada de Reina, en esta ciudad marinera por excelencia.
Luego continuaría la preparación de las tripulaciones de los SS-727, el que arribó a las aguas de la rada cienfueguera el 28 de enero de 1980; en tanto, cuatro años más tarde, el 24 de marzo de 1984, llega al muelle de la Brigada, en la Base Naval Central, el SS-729.
En visita del entonces Ministro de las FAR, General de Ejército Raúl Castro Ruz a ese enclave, dejó por escrito sus impresiones cuando afirmó; “Estoy realmente impresionado de esta magnífica técnica entregada por la infinita solidaridad de la patria de Lenin, en la que además se aprovecha hasta el centímetro cuadrado más apartado. Es por esto último y la forma constantemente riesgosa en que la tripulación debe cumplir sus misiones, que mi admiración por nuestros submarinistas se ha crecido en el día de hoy(…)”
Al intervenir en el acto, el contralmirante de la Reserva Lázaro Román Rodríguez trasmitió, en su persona, el reconocimiento a los organizadores del encuentro por el empeño de mantener viva la historia de los submarinistas en Cienfuegos. “Tuve el honor, dijo emocionado, de ser parte de esa primera tripulación y de haber comandando las tres embarcaciones de este tipo, con similar protagonismo de esos muy jóvenes y disciplinados combatientes”.
Como parte de las actividades conmemorativa quedó abierta en el Museo Histórico Naval, único de su tipo en Cuba, una sala permanente con muestra de objetos personales, documentos y otros reliquias donados a la institución y relacionados con lo Brigada de Submarinos.