Las 16 primaveras de La trova de guardia
Roberto Novo Serra, uno de sus artífices, califica a La trova de guardia cual oasis dentro del panorama musical que se mueve en el corazón de Cienfuegos. La referida peña cumple este mes de febrero 16 años, una rica trayectoria en la que han participado disímiles figuras del ámbito local y nacional, con un impacto meritorio en plazas foráneas.
“Lo que ha hecho peculiar a La Trova… ha sido poder mantenerla en el tiempo a pesar de las vicisitudes; la sistematicidad de llevarla a cabo cada domingo a las 10:00 am, incluso cuando nosotros no estábamos físicamente presentes, nuestro amigo Mandi Álvarez se quedaba al frente de ella y siempre se hacía”, expresa uno de los hermanos Novo a este periódico.
A raíz de la pandemia de la Covid-19, que tronchó en buena medida las presentaciones en vivo, la peña –dirigida tanto por Roberto como su hermano Pedro–, sufrió una depresión notable, añadiéndole también el éxodo de varios integrantes y la crisis económica, que privó a su dirección de hacer gestiones importantes, sobre todo con la invitación de artistas de otras provincias.
“Actualmente estoy yo a cargo, mi hermano se jubiló y en estos momentos está de viaje en el exterior. No obstante, intervienen conmigo otros amigos y músicos como el ya mencionado Mandi Álvarez, quien jamás ha fallado; es como mi lugarteniente.
“Además, cuento con el apoyo de Fabio Bosch, y también se nos unió René Fernández, maestro del ajedrez, que siempre ha dado el paso al frente a la hora de dejarnos sus crónicas, relatos orales y poemas. Muchos conocidos llegan de repente y les ofrecemos igualmente el espacio para que reciten, declamen, lean poesías y se sientan libres de colaborar con el arte”, declaró.
La semilla del “oasis” comenzó a germinar en 2008, en el Café del Teatro Tomás Terry. Según narra Roberto, escoger el horario matutino para las presentaciones fue pensado teniendo en consideración a los trabajadores y las personas vinculadas al plano de la salud, con el objetivo de que pudieran asistir sin que les interfiriera con las planificaciones en los centros laborales.
“En ese momento no existían o habían muy pocos espacios semejantes en la ciudad en dicho horario. La vida nos dio la razón y se convirtió en una cita dominical amable con un público muy selecto, en un primer lugar desde el Café del Terry y después en los Jardines de la Uneac donde fuimos muy bien acogidos”, dijo.
La ciudad de Cienfuegos ha sido el tema recurrente en muchas de las composiciones que se han cantado dentro de la peña; repertorio que hace algunos años fue interpretado por un mayor número de miembros. Jóvenes músicos como Geidi Gómez Pérez, en la flauta y los coros; María del Carmen Rodríguez Sánchez, en los coros, las claves y el güiro, así como José Carlos Hernández Matamoros han sido ejemplos fehacientes.
Según han comentado estos hermanos de la canción durante varias presentaciones en vivo, la profesión que escogieron tiene en alguna medida su deber social y con el paso del tiempo dicho deber social se convierte en algo más serio, “Te vas dando cuenta de que tu trabajo puede incidir en determinados aspectos de la sociedad (…) Después de más de 35 años trabajando en esta ciudad, muy pocas cosas nos son ajenas y sabemos que hay muchísimas a las cuales quizás cantándoles sean mejor”.
En su vitrina de temas destacan justamente Donde brisas y olas y Los viejitos de mi parque, en los que se aborda de modo distintivo la llamada “cienfuegueridad” de estos predios.
¿LA PEÑA ANDARIEGA?
La tercera temporada de La trova de guardia tuvo como plaza al Palacio Leblanc y en la actualidad asume un nuevo local en la recién remodelada Librería Ateneo Dionisio San Román. Sobre este curioso rasgo “mudable”, también conversamos con Roberto Novo, quien tiene una clara opinión al respecto.
“Acerca del porqué hoy no tenemos Casa de la Trova para realizar estas funciones y otras de semejante tipología, me llama la atención que en esta ciudad durante los años que lleva viva la peña, se han inaugurado y reinaugurado muchísimos locales. Pero nadie de los que pueden de veras cambiar el panorama, ha pensado en ello”, aseveró.
Para Novo representa un absurdo, pues considera que Cienfuegos tiene una tradición trovadoresca; si bien no añeja como en las urbes de Santiago de Cuba o Trinidad, sí posee componentes muy fuertes. “Hay que partir de Eusebio Delfín, Marcelino Guerra alias Rapindey, hasta el propio Benny Moré, independientemente de que su obra más conocida sea esa de las grandes orquestas y escenarios. Y por supuesto, el imprescindible Lázaro García o mi propio hermano como precursor”, sostuvo.
Aun sin el tan valioso espacio, el próximo 18 de febrero, en el horario pactado, los miembros y amigos de La trova de guardia festejarán el XVI aniversario de manera especial desde la Librería Dionisio San Román del Bulevar. Sin demasiados lujos, aseguró Novo, pero con la certeza de que volverán a cautivar a sus seguidores, y otorgarle así a la cotidianeidad de Cienfuegos una excusa para degustar poesía cantada.