Béisbol entre dosis de adrenalina y pasión universal
A simple vista, en Taichung, Taipéi de China, puede palparse una alta dosis de adrenalina cuando suena el rugir del madero y la colocación exacta del guante de cuero simula la precisión milimétrica de un cirujano.
No existen términos medios a la hora de disfrutar del béisbol en esta urbe asiática: bailes, música, bullicio desde las gradas, números en los rostros, mascotas inquietas, euforia, y, los peloteros, en el diamante, en busca o a la espera de un jonrón en pleno V Clásico Mundial (WBC).
Tan especial como el primer beso, los aficionados son fuentes de tensión, creatividad, algarabía y tristeza. El frenesí es imparable, no cesa entre lanzamientos y dura cada inning del pleito, como en el revés de la escuadra local 5-12 ante Panamá en su estreno en el referido certamen.
La animación local, incluso, puede desquiciar a los forasteros. “No se cansan”, espetó sin pensarlo uno de los periodistas acreditados, cuando el eco de los tambores aumentaba su potencia y los bailarines actuaban para los presentes por la zona derecha del espacio deportivo.
La trama se repite una y otra vez. No importa si los locales enfrentan a Panamá o Italia, como en esta noche, o cuando toque vérselas contra Países Bajos y Cuba, integrantes del grupo A del WBC 2023, en el Estadio Intercontinental de Taichung, un espacio colorido capaz de albergar a 20 mil almas sedientas de goce.
A miles de kilómetros de América, queda claro que el béisbol posee un diccionario universal y la pasión que genera resulta familiar. Las formas de disfrutarlo cambia, pero el resto queda eternizado en relatos e imágenes.
Niños, jóvenes y adultos crean un espectáculo pegadizo, y el fervor conlleva a pensar que, más allá del éxito o el fracaso, el objetivo es vivir cada instante con la mayor emoción posible.
Cubierto por este manto de realidades y lejos de vaticinar el nombre del próximo monarca del World Baseball Classic, queda una verdad irrefutable: las bolas y los strikes son un manantial de entusiasmo en esta porción de tierra, donde se vive a plenitud la justa entre naciones más atractiva de la disciplina.