El niño ha comenzado… y puede llegar a ser fuerte

Tal como se lo cuento. Un poco antes de como se había pronosticado por los Centros Climáticos, los datos que recién se han recibido de la temperatura en el océano Pacifico Ecuatorial- Oriental, a través de las boyas instaladas en toda esa zona, y que tributan su información a través de satélites, permiten afirmar que El Niño de 2023 es ya un hecho, aunque de momento es un El Niño débil, como es natural, ya que el evento recién comienza.

Recordemos que un evento El Niño ocurre cuando se presenta una anomalía de la Temperatura Superficial del Mar (TSM) superior a +0.5 ºC en el Pacífico Ecuatorial Central y Oriental, o sea, esas aguas se calientan más que lo normal, siendo lo normal el promedio de muchos años. Cuando se produce El Niño, éste genera una interacción con la atmósfera que ocurre porque en esa zona de alta TSM se producen grandes tormentas que, en la altura se traducen en fuertes corrientes en la atmósfera superior, a alturas de 10 a 12 kilómetros, y esas corrientes viajan hacia el Este, influyendo así en el tiempo y el clima en una vasta zona del planeta.

Desde 1950 se han registrado 26 eventos El Niño y 25 eventos La Niña de cualquier intensidad. Los Niños extremos han ocurrido en las Temporadas (de un año a otro año, ya que usualmente comienzan en un año y terminan en el siguiente) de 1982-83; 1997-98 y 2015-16. Aunque estos son los más notables y de peores consecuencias, también ha habido Niños Fuertes o Moderados (también de importancia) en los años 1951, 52, 53, 58, 63, 68, 69, 76, 77, 79, 86, y 1994, así como en los años 2002, 04, 06, 09, 14, y 2018.

Por otra parte, se han registrado Niñas fuertes en 1957, 65, 72, 87, y 1991.

Es importante conocer que, cuando se presenta El Niño, sobre todo si es Fuerte o Moderado, disminuye la cantidad de ciclones tropicales en el Atlántico Tropical, y tiende a ser un verano seco en la zona del Caribe, mientras que los inviernos son más lluviosos que lo normal para esa época del año, principalmente en el noroeste del caribe, así como la afectación por zonas de baja presión extratropicales en baja latitud, con episodios de tormentas locales severas e inundaciones costeras cuando esos sistemas invernales, la baja extratropical, o l vaguada asociada, se trasladan al Este desde el golfo de México. Un buen ejemplo para el occidente y centro de Cuba, fue la baja extratropical de enero 3 de 1958, o las bajas extratropicales de febrero y marzo de 1983, así como la mal llamada “Tormenta de Siglo” de marzo de 1993.

Les había ya contado que en este momento El Niño es todavía débil, pero observen Uds. en esta gráfica, como el agua cálida (en rojo) ha incrementado su cobertura en el pacífico Ecuatorial.

Anomalías de la Temperatura Superficial del Mar entre el 14 de mayo de 2023 y el pasado día 10 de junio (en rojo-, más calientes que lo normal; en azul: más frías que lo normal)
Anomalías de la Temperatura Superficial del Mar entre el 14 de mayo de 2023 y
el pasado día 10 de junio (en rojo-, más calientes que lo normal; en azul: más frías que lo normal)

Pero les voy a pedir que observen en esta gráfica, además del incremento de la temperatura en el océano Pacífico, vean también cómo el Atlántico Tropical está muy caliente. Eso no es normal, y pudiera tener alguna consecuencia, lo que les explicaré antes de concluir este artículo.

Gráfica NOAA

En la gráfica que antecede a este párrafo, pueden apreciar Uds. los diferentes modelos de pronóstico de El Niño que se han realizado a escala Mundial. El grueso de los modelos tiende rápidamente a un Niño Fuerte o Moderado en los próximos meses, lo que duraría hasta el próximo invierno.
 

Gráfica

Y en la gráfica anterior, se observa el pronóstico probabilístico de la NOAA de los EE.UU. mostrando una altísima probabilidad, con más de 90 %, de que El Niño esté presente en los meses principales de la Temporada Ciclónica y también en el próximo invierno.

Sin embargo, hay un factor que da un poco de incertidumbre…. La altísima temperatura de las aguas de Atlántico Tropical. Este hecho inusual, todavía no visto, puede ocasionar un comportamiento atípico, al sobreponerse, en cierta medida, el calor de las aguas atlánticas, con gran contenido energético, al efeto disociador de las fuertes corrientes superiores producidas por El Niño, sobre todo ahora en las etapas de mayor debilidad. De ahí que pudiera haber un poco más de ciclones tropicales que lo que correspondería a un año de El Niño.

Por otra parte, tanto calor oceánico, no ha sido visto en los años anteriores. Fíjense en la gráfica que casi no hay áreas azules. Esto podría significar que el 2023 puede llegar a ser el año más cálido conocido a nivel mundial. Y que nadie se llame a engaño: estos comportamientos fuera de lo normal, a los que no estamos acostumbrados ni tenemos experiencias, más que la teoría, son señales de un calentamiento global evidente.

Hay hechos que parecen confirmar esta aseveración. El Observatorio de Mauna Loa, en Big Island, islas Hawái, ha medido la mayor concentración de dióxido de Carbono (CO2) de que se tienen noticias, al promediar 424 partes por millón (ppm) en el pasado mes de mayo de 2023, 3 ppm más que lo registrado el pasado año 2022 en dicho mes, y es un nuevo récord de medición de CO2. Pueden Uds sacar sus conclusiones.

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