Lucha Villa, la grandota de Camargo

A mis trece años fui con mis padres al cine Luisa a ver una película mexicana. El género ranchero en el cine de México era cada vez más exiguo, ya no eran frecuentes esas producciones; por tal motivo, asistir al estreno de El gallo de oro constituía un acontecimiento.

En mi opinión aquel filme puso fin a la época del Cine de Oro en México; a pesar de que los críticos afirman que fue antes, cuando en 1959 con el estreno de La cucaracha.

El gallo de oro se basa en una novela corta de Juan Rulfo. La dirección estuvo a cargo de Roberto Gavaldón, y tuvo como guionistas a dos grandes de las letras: Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez.

Para este aprendiz de adolescente aquella película provocó emociones sanas. La historia del humilde Dionisio, presionado para que vendiera su gallo dorado de pelea mientras se resistía a deshacerse de él. Era de pura raza y peleonero, tanto que en la Feria de San Juan del Río derrotó al de Lorenzo Benavides, un ricachón dueño de varios palenques.

La cuestión se complica cuando Dionisio conoció a Bernarda Cutiño, alias “La caponera”, quedando seducido por su belleza. Aquella mujer era nada menos que la amante del acaudalado Benavides; y ahí empieza el conflicto de la historia.

Al ver la película, me pasó igualito que a Dionisio pues “La caponera” me hechizó. Tan bella lucía, que verla en pantalla me interesó más que el argumento de la película. No era para menos, el personaje era interpretado por una preciosa mexicana de veintiocho años de nombre Luz Elena Ruiz Bejarano. Sé que ese nombre no se les hace conocido, a no ser que les revele su nombre artístico: Lucha Villa. En aquella ocasión, la joven y bella Lucha compartió los papeles protagónicos con Ignacio López Tarso y Narciso Busquets.

Fue una de las actrices más bellas de la gran pantalla mexicana. Cuando participó en el rodaje de la película, estrenada en México en 1964, hacía tres años que la artista se había iniciado como intérprete de música ranchera con el tema La media vuelta, inspiración de José Alfredo Jiménez.

Lo de llamarla por Lucha Villa se relaciona con su nombre, ya que en México a las llamadas “Luz” se les dice “Lucha”. En cuanto a Villa guarda relación con el apellido del legendario “Centauro del Norte” Pancho Villa. Apellido acertado para una cantante con voz recia que se aviene a los géneros bravíos de muchas interpretaciones suyas.

Triunfó con su voz, estilo y repertorio en la radio, la televisión y el cine. Sus facultades vocales estuvieron bien acompañadas con la apariencia física. La Lucha Villa que vimos en más de sesenta películas, varias telenovelas y que grabara alrededor de cuarenta álbumes discográficos, impresionaba por su belleza y elevada estatura. No por gusto le aplicaron el seudónimo de “La grandota de Camargo”, aludiendo a su vez a la ciudad del estado de Chihuahua donde nació el 30 de noviembre de 1936.

Fue tan sobresaliente en el cine como en la música, motivo por el cual en 1972 resultó gratificada con un Premio Ariel como mejor actriz por su actuación en la película “Mecánica Nacional”, que se exhibió también en las salas de cine de nuestro país.

Aunque retirada del escenario _primero por razones de salud, y ahora debido a sus 87 años_, Lucha Villa sobresale como una de las más grandes cantantes y actrices mexicanas. Con talento mostró un carisma propio que complementaba a sus predecesoras. Lola Beltrán con la dulzura, Amalia Mendoza con el sentimiento; Lucha Villa con voz grave y estilo original para interpretar rancheras, corridos y boleros.

Hay mucha música cantada por ella que aún desconocemos. Los radioyentes solamente conocen las que se incluyen en programas de música mexicana; Lucha Villa acumuló un repertorio tan amplio que se hace difícil de abarcar. Una de esas “rarezas” musicales se titula Ando de luna de miel, huapango con la firma autoral del zacatecano Tomás Méndez Sosa que “La grandota de Camargo” grabó secundada por el Mariachi América de Alfredo Serna.

Desde 1997 se retiró de la vida artística. En ocasiones se han dado —como en marzo de este mismo año—, falsas noticias sobre su deceso, las cuales quedaron oportunamente desmentidas. Hasta hoy, a sus 87 noviembres, vive en un rancho en San Luis Potosí cuidada por sus hijas y rodeada del cariño de la familia.

Lucha Villa “La grandota de Camargo”, tiene en su haber el mérito de ser una de las colosales intérpretes de la música vernácula de México; además de haber cerrado la época de oro del cine en su país; brillante como el gallo dorado que dio título a aquel filme.

Desde Cuba hasta México, ¡feliz cumpleaños a Lucha Villa!

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