USA, también primera potencia en discriminación racial

Protestas raciales en EEUU tras la muerte de dos jovenes negros a manos de la policía. Foto EFE

Sí, sin dudas Estados Unidos es también paradigma en la discriminación racial, pero no sólo contra las personas negras o afrodescendiente, que es lo más connotado. También los estadounidenses de ascendencia europea desprecian a asiáticos, indígenas de América, latinoamericanos, y otros inmigrantes en general.

De hecho, Estados Unidos es el primero en el ranking de discriminación racial, seguido de otros países como República Checa o Reino Unido. Según el informe de la Liga Antidifamación, EE.UU. presentó un incremento del ¡182%! en términos de discriminación racial en el 2018. Por ejemplo, desde 1980 hasta ese año, las muertes por violencia policial en Estados Unidos fueron 17 100, en su mayoría personas negras.

Y esto es bueno recordarlo porque se mantiene latente, con cifra actual mayor y cuando en este marzo, el 21, se recuerda el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, en homenaje a las víctimas de la represión policial a una manifestación en Sudáfrica. contra el sistema de apartheid.

El racismo sigue reflejándose en la desigualdad socioeconómica, y varios estudios reflejan una realidad latente: hay evidencia extensa de discriminación racial en varios sectores de la sociedad moderna de Estados Unidos, Incluyendo la justicia penal, los negocios, la economía, la vivienda, atención médica, medios y política. En opinión de Naciones Unidas y la Red norteamericana de Derechos Humanos, “la discriminación en Estados Unidos impregna todos los aspectos de la vida y se extiende a todas las comunidades de color”.

ESPEJISMO

Algunos estadounidenses vieron las dos presidencias de Barack Obama -el primer presidente negro de la nación- como una señal de que la nación había entrado en una nueva era postracial. Falso aviso. Y para colmo, la llegada de Donald Trump al frente de la nación significó el chauvinismo extendido por la nación, pero manejado por los supremacistas blancos.

Estos elementos ya campeaban por todos los irrespetos desde el 2010, con un resurgimiento de altos niveles de racismo y discriminación.

Un nuevo fenómeno fue el surgimiento del movimiento “alt-right”, una coalición nacionalista blanca que busca la expulsión de las minorías sexuales y raciales de los Estados Unidos.

En agosto del 2017, estos grupos asistieron a una manifestación en Charlottesville, Virginia, con la intención de unificar varias facciones nacionalistas blancas. Durante el mitin, un manifestante supremacista blanco condujo su automóvil contra un grupo de contramanifestantes, matando a una persona e hiriendo a 19.

Como no se podía tapar el Sol con un dedo, al Departamento de Seguridad Nacional y la Oficina Federal de Investigación no les quedó más que reconocer que la violencia supremacista blanca es la principal amenaza de terrorismo interno en Estados Unidos.

TEXTO Y CONTEXTO

Según la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, la discriminación racial es: “Toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en motivos de raza, color, linaje u origen nacional o étnico, que tenga por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos humanos y libertades fundamentales…”.
 
Esta convención entró en vigor el 4 de enero de 1969 y es uno de los principales tratados internacionales en materia de derechos humanos. Además, está supervisada por el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial —CEDR— que comprueba el buen cumplimiento de la convención en cada estado, algo que todos dudan cuando observan el tratamiento estadounidense a la crisis migratoria con México y otras naciones latinoamericanas.

Según la ONU, la discriminación afecta casi al 20% de la población. El informe 2022 Best Countries —informe que indica el ranking de distintos países en varios ámbitos— incluyó en el 2021 una nueva clasificación que definía la igualdad racial, y apuntó que Estados Unidos, la mayor potencia económica y militar hasta la fecha, estaba en el puesto 65 sobre 85 países investigados, algo dudable, porque otros estudios, como apuntamos al principio, consideran a EE.UU. en la cima de ese nada glorioso aspecto.

Aquí habría que remontarse a la historia, algo interesante, pero extremadamente largo, por lo que pudiéramos apuntar un dato. En otras épocas, no tan lejanas, 8 000 negros fueron ahorcados y quemados vivos, aunque los historiadores admiten oficialmente que “solo” fueron 4 000.

En 1963, Martin Luther King pronunció el discurso en el Lincoln Memorial con el que se le recordaría el resto de su vida. “Tengo un sueño” se convirtió en una influencia para la retórica mundial en favor de los derechos civiles de los negros. En 1964 ganó el Premio Nobel de la Paz por su activismo, lucha y justicia social. Muchas de sus protestas se convirtieron en leyes como la Ley de Derechos Civiles o la Ley de Derecho al Voto.

Finalmente, el 4 de abril de 1968, Martin Luther King fue asesinado a tiros en un hotel de Memphis por Jame Earl Ray. Tras el asesinato de King, la comunidad estadounidense negra se preguntó si el sueño de King había muerto con él.

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