Científicos urgen medidas ante un calentamiento sin precedentes que eleva la mortalidad
Los científicos urgen medidas ante un calentamiento global ‘sin precedentes’ en Europa, que eleva la mortalidad relacionada con las altas temperaturas, con mayor incidencia entre las mujeres, y aumenta la inseguridad alimentaria.
Son las conclusiones del informe del 2024 de Lancet Countdown, publicado en la revista científica The Lancet Public Health y coordinado por el Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS) y el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación ‘la Caixa’.
El informe analiza las repercusiones sanitarias y económicas de la crisis climática en Europa y, a un mes vista de las elecciones al Parlamento Europeo, alerta de ‘la falta de acción política para proteger a la ciudadanía de la UE del cambio climático’, por lo que urge acelerar el ritmo de reducción de emisiones contaminantes.
Según el estudio, en 2023 se registraron temperaturas récord en todo el planeta y, en el caso de Europa, están subiendo el doble de la media mundial, con un incremento del 41 % en el número de días con olas de calor.
Entre las principales consecuencias, resaltan el aumento de las muertes relacionadas con el calor en un 9 %, sobre todo en el sur de Europa (11 %), con una incidencia dos veces mayor en las mujeres que en los hombres.
El calentamiento global también ha contribuido al incremento de la inseguridad alimentaria, provocando que 11,9 millones de personas experimentaran una dieta desequilibrada en 2021 a causa de los meses de sequía o olas de calor.
De nuevo, las muertes atribuibles a la inseguridad alimentaria fueron mayores entre las mujeres.
Asimismo, el informe ahonda en las consecuencias económicas de la crisis climática y evidencia que en 2022 las pérdidas económicas debidas a fenómenos meteorológicos extremos se estimaron en 18.700 millones de euros, que representaban el 0,08 % del PIB europeo, y el 44,2 % (8.200 millones de euros) no estaban aseguradas.
El estudio también ha analizado indicadores sobre gobernanza y política, que muestran ‘un escaso compromiso con los aspectos de igualdad, equidad o justicia en la investigación, la política y los medios de comunicación sobre el clima y la salud’, según los investigadores.
Mayor impacto en población vulnerable
En este sentido, el informe ha comprobado que no solo hay diferencias entre hombres y mujeres en la mortalidad y alimentación, sino que los hogares con bajos ingresos tuvieron una probabilidad sustancialmente mayor de sufrir inseguridad alimentaria y la exposición a partículas PM2,5 procedente de incendios forestales fue mayor en las zonas muy desfavorecidas.
Dentro de los países, las minorías étnicas y las poblaciones indígenas, las comunidades con bajos ingresos, los emigrantes y desplazados, las minorías sexuales y de género, y las mujeres embarazadas y parturientas tienden a verse más gravemente afectadas por los efectos del clima sobre la salud.
Por otro lado, los científicos de Lancet Countdown alertan de que 29 de 53 países analizados siguen concediendo subvenciones a los combustibles fósiles.
No obstante, remarcan que la inversión en energías limpias superó a la de combustibles fósiles en Europa en un 261 % en 2022 (404 millones de euros frente a 112 millones).
Ritmo lento hacia emisiones cero
El informe de Lancet Countdow concluye que el ritmo al que los países europeos avanzan hacia unas emisiones cero netas ‘sigue siendo lamentablemente inadecuado’ y, con la trayectoria actual de Europa, ‘el logro de la neutralidad de carbono solo se alcanzará en 2100’.
Para cumplir las recomendaciones del último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de llegar a cero emisiones netas en 2040, ‘las emisiones de los sistemas energéticos europeos deberían reducirse a un ritmo aproximadamente tres veces superior al actual’, aseguran los científicos.
Los últimos datos del Eurobarómetro revelan que el 84 % de europeos está de acuerdo en que la lucha contra el cambio climático debe ser una prioridad para mejorar la salud pública, y casi 7 de cada 10 europeos piensan que sus gobiernos nacionales no están haciendo lo suficiente para combatir el cambio climático.