En el último eslabón del «Ciudad Caracas» de Cienfuegos

El proceso de fabricación de azúcar es bien complejo, y cada área del ingenio cumple su función, pero de todas ellas, sin lugar a dudas, los expertos azucareros le confieren mucha importancia a las centrífugas, donde, según ellos, se encuentra el último eslabón de la cadena productiva y se alcanza el sello de calidad del grano.

Mi padre, azucarero de pura cepa como él mismo se calificaba, trabajó muchos años como purgador del ingenio más cercano de donde vivíamos. El viejo siempre decía que después del puntista, el otro artífice del edulcorante lo desempeñaba su puesto.

Momentos en que se dan los últimos toques a la nueva centrífuga de tercera, en el ingenio lajero. / Foto: Juan Carlos Dorado

A ciencia cierta, no era tan así, pero en defensa de su planteamiento mi progenitor apelaba a la bibliogrfafía técnica, en la cual rezaba,“Una vez formados los cristales del tamaño y pureza deseados, este producto, llamado masa cocida, se lleva hacia las centrífugas, equipos que giran a muy altas revoluciones por minuto, provistos de una malla de finos agujeros que permiten solo el trabajo de la miel mientras que bloquean el paso de los granos de azúcar que quedan atrapados en la parte interna de la red”.

A propósito de esos recuerdos, por estos días cuando el central lajero Ciudad Caracas, segundo de la provincia de Cienfuegos y el país en incorporarse a la presente zafra, lo hizo mucho se habló aquí de la proeza que significó el acondicionamiento, montaje y puesta en marcha de una moderna centrífuga de tercera, además del remontaje o reubicación de las viejas que ya existían en la industria.

Justo, en medio del fragor de la inversión, cuando estaba a punto de concluir, dialogamos con Raúl Álvarez González, al frente de la brigada perteneciente a la sucursal Cienfuegos de la Empresa de Servicios Técnicos e Industriales (Zeti), del Grupo AzCuba, encargados de las tareas especializadas en la ejecución de la obra.

Del esfuerzo y pericia de mecánicos, ayudantes y demás especialistas se pudo montar la centrífuga en tiempo récord, aseguró Raúl Álvarez. / Foto: Juan Carlos Dorado

“La operación comenzó hace aproximadamente dos meses, precisó, y a decir verdad en medio de una situación bien difícil por el déficit de insumos de todo tipo. Es más, puedo asegurar que alrededor del 70 por ciento de los materiales empleados fueron recuperados, pero como ve, todo está a punto de mate, como quien dice, y, a no dudar, en la arrancada del ingenio va a estar nuestro aporte”.

Desde el punto de vista tecnológico, Álvarez González detalló que la disponibilidad de una máquina más moderna y de mayor capacidad, de factura china, asume el equivalente de las cuatro que existían antes. Entre las ventajas está que se agiliza el proceso de fabricación del azúcar, con mayor eficiencia y calidad del grano, además de humanizar el trabajo, comoquiera que su funcionamiento es completamente automatizado.

Otro de los pilares fundamentales para llevar a feliz término la ejecución estuvo en el desempeño del colectivo laboral del central Elpidio Gómez, integrado por fuerzas calificadas y bien experimentadas en esos menesteres. Su jefe, el ingeniero Daniel Pérez Benavídez, explica que por parte de la dirección del Grupo AzCuba se les encargó a ellos el desmontaje de la céntrifuga china instalada tiempos atrás en el central palmireño, para luego instalarla en el “Ciudad Caracas”.

“Conocíamos muy bien de las características técnicas del equipamiento, pues habíamos laborado de conjunto con los fabricantes durante el montaje, y ello facilitó la secuencia ejecutiva. Por supuesto, junto a los colegas de Zeti, sufrimos las mismas carencias de recursos; sin embargo, no nos amilanamos y siempre aparecieron las alternativas y ahí está finalmente el fruto del sacrificio”.

Y bien que merecen el reconocimiento, y de seguro, como están convencidos los caraqueños de sellar su compromiso productivo en la presente contienda, cuando el pitazo del ingenio anuncie el cumplimiento de las más de 21 mil 580 toneladas de azúcar, tras 99 días de operaciones, en ellas estará también la huella de los aguerridos tabajadores de Zeti y del “Elpidio Gómez”.

Foto: Juan Carlos Dorado

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