Minita, 40 años con la economía en sus manos
Si usted llega a la Empresa Eléctrica de Cienfuegos y pregunta por Fermina Rodríguez Fernández, quizás nadie le de señales. Sin embargo, si inquiere por Minita, enseguida lo dirigirán a la Subdirección económica.
En esos predios de números, ella ha pasado cuatro décadas de su vida personal y laboral; “sin recibir una sanción ni como trabajadora ni como cuadro”.
Esta mujer sensible, capaz de sentir como suyos los problemas y las alegrías de su equipo de trabajo, muestra orgullo de que la contabilidad esté certificada durante tantísimo tiempo.
¿Cómo ha sido posible, máxime cuando la realidad circundante no siempre apunta a una ejecutoria económica favorable?
“Con toda la total entrega, mucha dedicación y un gran sentido de pertenencia. No se puede trabajar por un día o una auditoría, quien trabaja así no le salen bien las cosas. Hay que trabajar cada día, en cada momento, todo lo que está establecido y exigir por ello”.
Lleva trabajando en la empresa desde 1983 y luego de transitar por varias tareas fue designada como subdirectora económica en 1990, una labor que nunca pensó podría asumir porque el departamento, en aquel entonces, abarcaba muchas más actividades que las comprendidas ahora, pues todos los recibos de la electricidad se registraban y contabilizaban allí, además de los recursos humanos, el departamento de auditoría y de economía; todos bajo su subordinación.
“Realmente creía que otras personas podrían asumir, pero me dieron la tarea y la he desempeñado lo mejor posible. Lo primero que he tratado es tener un colectivo unido, en todo; lo mismo ante un problema que en un buen momento.
“Creo que siempre he tratado de responder a todo y ser ejemplo de disciplina, ser la primera en hacer las cosas y hacerlas bien. Eso — pienso– me ha dado autoridad ante mis trabajadores. Somos una familia y en los momentos más tristes de la Covid-19 estuve al tanto de mis trabajadores y de sus familiares, algunos incluso fallecieron y eso me tocó mucho y aún lo hace”.
Se emociona, Minita, pero seca la lágrima furtiva y de inmediato nos habla del personal nuevo: “muy bueno, con cualidades y deseos de trabajar. No llevan mucho tiempo, pero ya se les nota el espíritu de trabajo.
“Cuando una persona hace las cosas con amor, sea trabajador o dirigente; además de con interés y responsabilidad, todo cuanto se propone se logra, más cuando tiene un equipo de labor como el mío. Yo me siento orgullosa de mi equipo”, dice enfática. “No hay tarea o encomienda que se nos pida que mi área no de el paso al frente; creo que en eso radica todo”.
Sin el respaldo de la familia Minita no hubiera podido logar tanto en lo profesional, por eso su gratitud eterna a su tía y su mamá, que en los tiempos en que sus dos hijos eran pequeños la ayudaron incondicionalmente. “Sin el apoyo de ellas dos no hubiera podido trabajar”, asegura.
Minita ya ha pensado en jubilarse; los problemas de salud le rondan y también quiere hacer lo que hicieron por mí. Quiero ayudar con mi nieto más pequeño de 5 años y dedicarle a mi familia el tiempo que hasta ahora no he podido dedicarle, porque aunque ambas cosas se lleven a la par, no siempre se dispone de todo el tiempo que quisiera”.
¿El mensaje a quienes ya se avizoran como relevo?
“Seguir trabajando con el mismo ahínco que hasta el momento. Los he vinculado con quienes llevan más tiempo. Me jubilaré segura de que el relevo está asegurado, pero estaré siempre dispuesta para cuando me necesiten brindar un poco de mí, pero dándole la posibilidad a otros de que se desempeñen con destreza y dedicación, y hasta mucho mejor que nosotros.
“Me duele en el alma dejar a mi empresa, pero lo tengo que hacer. Llegó el momento”, me dice y otra lágrima furtiva trata de borrar el brillo de sus ojos, mas Fermina Rodríguez Fernández, Minita, la enjuga y se despide con la mira puesta en los años por venir.