“La Herradura”, al trote hacia la autosostenibilidad
Hasta hace poco el asentamiento rural de Lomitas, enclavado en el municipio cienfueguero de Cumanayagua, era tan apacible que podría decirse que la monotonía había sumido en una suerte de modorra a sus pobladores. Empero, de la noche a la mañana brigadas de constructores irrumpieron para romper la rutina del lugar con inusitado ajetreo de equipos de todo tipo y hombres y mujeres, empeñados en transformar el entorno.
Ahora el principal tema de conversación de los lugareños gira alrededor de las oportunidades que ha generado el incipiente proyecto comunitario La Herradura, nombre adoptado por todas estas acciones que han revolucionado y estremecido el ánimo y el optimismo de los lomiteños en aras de desatar las fuerzas productivas.
Y si alguien puede dar fe del impacto social, ese es el veterano combatiente de la Revolución Kino (Joaquín) Matos, quien, junto a la familia, vio crecer desde los cimientos el nuevo hogar.
“Al calor de la Ley de Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria y Nutricional (SSAN), y bajo la óptica de aprovechar los recursos endógenos de la zona e integrar a todos los actores, surge este proyecto. El propósito es, a partir de esos mismos presupuestos, lograr la autosostenibilidad en la producción de alimentos, en nuestro caso los cinco kilogramos percápita de proteína animal, sin descartar otras ofertas del agro”, precisó Yoán Sarduy Alonso, presidente del Grupo Empresarial Ganadero (Gegan), atendido por el Ministerio de la Agricultura.
Agregó el directivo que los encadenamientos fundamentales tienen que ver con el principio de economía circular, basado en el fomento y desarrollo de ganado menor (ovino-caprino, cunícula, porcino, avícola —este con gallinas en pastoreo—, además de codornices) y un rebaño de búfalas que proporciona una leche de altísima calidad, todo ello a partir de tecnologías aplicadas con los propios esfuerzos de la comunidad y sustentados en la concepción de los colectivos laborales, una de las 63 medidas aprobadas por el Estado cubano para estimular la producción de alimentos, en cuyos beneficios sostiene que el trabajador gana por lo que es capaz de producir.
Por lo pronto, entre las perspectivas a corto plazo consideran incursionar en la acuicultura, un renglón que va a aprovechar las excretas de las aves en la alimentación de los peces; en tanto, con el estiércol proveniente de las naves porcinas está en plan montar un biodigestor, a fin de obtener por ese medio biogás, como también una planta para transformar otros desperdicios. Y en esa misma cuerda se ha tenido en cuenta el empleo de las energías renovables disponibles.
“Ahora bien, subraya Sarduy Alonso, uno de los empeños más nobles y humanos del proyecto es su integración al servicio de la comunidad, sobre todo la atención diferenciada a las personas en situación de vulnerabilidad, y uno de ellos ha sido la generación de 62 nuevos empleos. En tanto, se reconstruyó la escuela primaria, un centro idóneo para organizar círculos de interés afines a la formación vocacional de futuros ganaderos. En otro orden, participamos en la creación y acceso a abasto de agua para más de 20 familias. Muy importante, la gobernanza y el destino de las producciones le corresponde al delegado de circunscripción”.
A juicio del presidente del Gegan el proyecto, “desenganchado” del Banco, debe estar amortizándose entre los dos años y medio o tres a lo sumo. Su consolidación, aseguró, le sirve al organismo de modelo y réplica para otras experiencias similares, pero con conceptos diferentes ajustados a las características de cada lugar, siempre con el rasero común de servir a la comunidad.
Para el cumanayagüense Idalberto Mejías adquieren total vigencia aquellos versos de la letra de una popular canción del catalán Joan Manuel Serrat. “Si señor, reconoce, ‘se hace camino al andar’. De conejos solo sabía que tenían las orejas largas. Ahora, después de los conocimientos empíricos y un poco de asesoramiento técnico, aprendí mucho más sobre el cuidado en el manejo, las costumbres, comportamiento y requerimientos de la alimentación de estos interesantes y valiosos animalitos”, esgrime mientras muestra una de las hembras reproductoras.
Al decir de Maribel Hernández Campos, directora de la Unidad Empresarial de Base (UEB) La Herradura, el 90 por ciento del alimento animal se produciría aquí mismo, por una parte mediante sistema de pastoreo, mientras existe un área agrícola dedicado a la siembra de diferentes plantas proteicas (king grass, cratylia, titonia, etc) como también caña y yuca, con vista a procesar y fabricar pienso criollo en una máquina forrajera. Por otro lado, han concertado contratos con productores de la zona para el suministro de otras fuentes con igual propósito.
“Nuestras producciones estarán destinadas, fundamentalmente, al abastecimiento del punto de venta —reacondicionado recientemente—, para la población del asentamiento de Lomitas, y en otro orden, vamos a atender la demanda de delegaciones municipales y provinciales de la Agricultura como también los intereses del Grupo Empresarial Ganadero”, explicó Hernández Campos.
De los 62 puestos de trabajo fijados en la plantilla de la UEB tienen cubiertas 38 plazas, buena parte de ellas desempeñadas por mujeres. Como se ha hecho hasta ahora, la capacitación del personal corre a cargo de los especialistas de las diferentes ramas de la ganadería en el territorio, de acuerdo con las características específicas de cada módulo.
“Por supuesto, prima en todos los órdenes la aplicación de la innovación, la ciencia y la técnica en la preparación de nuestros trabajadores, a fin de dar respuesta a los requerimientos en el manejo de la masa y el cumplimiento de las medidas de bioseguridad. Tales exigencias están presentes en cada uno de los colectivos laborales, incluyendo los procesos tecnológicos para los encargados del rebaño de las búfalas, cuya leche resulta la materia prima para elaborar quesos de alta calidad, al tiempo de posibilitar la venta en plataformas para ingresos en MLC”, señaló la directiva.
Basta un recorrido por la instalación para percatarse del entusiasmo y sentido de pertenencia que en tan poco tiempo han logrado fomentar entre los obreros. Diríase que cada cosa está en su lugar y en el orden que debe. Esos aires renovadores y de futuro se respiran lo mismo entre las encargadas y encargados de la manipulación de las naves avícolas, cunículas y porcinas, que aquellos dedicados al pastoreo de la masa ovino-caprino o de la bufalina.
Y como el proyecto comunitario La Herradura arrancó a trote seguro, ya se habla aquí de una segunda etapa para seguir escalando a niveles superiores. “Para entonces, el propósito consiste en lograr valor agregado a las producciones. Entiéndase compra de manera rápida y oportuna con pronto pago a los productores, además de la articulación con otras formas, incluyendo las Mipymes. Le pongo el ejemplo del huevo de codorniz encurtido, la leche de búfala convertida en quesos de excelente calidad o la congelación de frutas para la comercialización”, argumentó Sarduy Alonso.
Asimismo, el presidente del Gegan comentó que ello posibilita ofrecer al pueblo un producto de segunda, tercera o cuarta gama. “Recordemos, dijo, que estamos en presencia de un modelo básicamente productivo, ello nos permite, de cierto modo, combatir la inflación. En cuanto a las minindustrias, más que el concepto tecnológico se trata de lograr valor agregado. Luego, debemos aprovechar todos los recursos locales”.
En tanto llegue ese momento, ya en Lomitas se habla de un antes y un después. Nuevos aires de creación se respiran en la localidad, y para sus habitantes no hay dudas de que pueden convertirse, con mucho trabajo, esfuerzo y dedicación, en los primeros en alcanzar la autosostenibilidad, que es decir suficiencia alimentaria y calidad de vida.