Eliminan zona de silencio en comunidades de Cienfuegos (+Fotos)
La noticia fluyó más rápido que nunca: en Altamira, una de las zonas de silencio de la provincia de Cienfuegos, llegaba la cobertura con calidad a los móviles, tras alistar una radio base -tal y como prometieron para los días cercanos al 26 de Julio-, los inversionistas de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A (ETECSA).
Fue una reacción en cadena, el padre Isael Gómez Bello, llamó a Deysi Amaró Vázquez, la madre de Yohandra, al batey de Elpidio Gómez, y esta a su vez avisó a su hija que labora en Cienfuegos, “mi celular tiene conexión” y así repetían los vecinos de esa pequeña comunidad del municipio de Palmira.
Altamira no es un pueblito tan intrincado, pero el asentamiento está rodeado de ondulaciones sembradas de cultivos varios y caña y la transmisión de la señal se iba muy por encima de las viviendas, por lo cual quien quisiera comunicarse debía subir la loma y orientar el móvil para que entrara sin mucha calidad la conexión por datos.
Yosniel Agüero Lobaina, ahora ingeniero eléctrico, cuando estudiaba en la Universidad Central «Marta Abreu» de las Villas inventó una antenita para que su novia pudiera conectarse desde casa.
Pero ahora, en medio de la euforia por la mejoría ostensible de la conectividad, ya nadie se acuerda del invento ubicado en el techo de la casa.
Al igual que Altamira, otras zonas de silencio como Marta Abreu, en Cruces, y en las localidades de Santa Isabel de Las Lajas, deben quedar conectadas por estos días de preparativos por la celebración 69 de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, según informó a la Agencia Cubana de Noticias Enrique Vázquez Martínez, director de inversiones en ETECSA.
Abundó el especialista que en los dos últimos años en el territorio cienfueguero han instalado unas 60 radios bases de gran o pequeño porte, un incremento importante que redunda en la calidad de la cobertura móvil.
Es un granito de arena que aporta la rama de las telecomunicaciones a la informatización y a que Cienfuegos ganara la sede por el Día de la Rebeldía Nacional.
Y es un gran impacto y muy positivo para los pobladores de la pequeña comunidad rural, hundida entre lomas pero con ínfula de grande como su nombre lo indica: Altamira.