Descubren cómo los ‘Aedes aegypti’ encuentran a sus víctimas humanas

Un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Boston y la Universidad Rockefeller, ambas en EE.UU., explica que los mosquitos ‘Aedes aegypti’ son tan buenos para detectarnos por su forma única, y previamente desconocida, de procesar biológicamente los químicos del olor humano. Los hallazgos de las dos universidades son una desviación de las teorías centrales que intentan comprender el olfato de los insectos, según describen los autores en un artículo publicado en Cell el 18 de agosto.

Para ver las respuestas químicas a los olores, los investigadores desarrollaron mosquitos modificados que se iluminan bajo el microscopio cuando se exponen a ciertos olores. También utilizaron una herramienta genética creada para editar el ADN en organismos vivos para identificar diferentes grupos de neuronas sensoriales.

Sus descubrimientos indican que el sistema olfativo de los mosquitos ‘A. aegypti’ está organizado de manera muy diferente a lo convencionalmente aceptado, lo que ayudaría a explicar por qué son excepcionalmente buenos para olfatear a los humanos. Según reveló en un comunicado de la Universidad de Boston la autora principal de este estudio, Meg Younger, el “dogma central en el olfato” es que las neuronas sensoriales expresan, cada una, solo un tipo de receptor olfativo, a modo de “un receptor para una neurona”. Sin embargo, el ‘A. aegypti’ rompe con estas reglas y presenta múltiples receptores alojados dentro de una neurona sensorial.

“Esto es sorprendentemente extraño”, dice Younger, quien nunca pensó que las neuronas sensoriales, ubicadas en el lóbulo de la antena en los insectos, serían diferentes a las de cualquier otro sistema olfativo. “No es lo que esperábamos”, dice ella.

La eliminación completa de los genes de los receptores del dióxido de carbono, una importante señal química que utilizan los mosquitos para ‘cazar’ humanos, no interfiere en su habilidad para la búsqueda de las personas. Eso se explica por el hecho de que otros genes, en la misma neurona, se encargan de detectar los olores.

Los resultados indican que el ‘A. aegypti’ cuenta con un sistema de doble o triple redundancia con el que, si no logra percibir un aroma, detecta otro o un tercero. Y si detectan todos, la señal se amplifica. “Los mosquitos tienen un plan b para el plan b de su plan b. Para mí, el sistema es irrompible”, dice Leslie Vosshall, coautora de la investigación en una comunicación de la Universidad Rockefeller.
Importancia del estudio

Los mosquitos matan a más personas que cualquier otro animal en el mundo. Su peligrosidad viene dada no por lo incómodo de sus picadas, sino por la capacidad de transmitir enfermedades como la malaria, el virus del Nilo Occidental, el virus Zika, el dengue, la encefalitis equina del este y otras muchas. “Esto es parte de por qué este trabajo será cada vez más importante”, dice Younger.

Su objetivo a largo plazo es generar repelentes nuevos y mejorados, o atrayentes que sean más atractivos para los mosquitos que la sangre humana. “A medida que aprendemos cómo se codifica el olor en su sistema olfativo, podemos crear compuestos que sean más efectivos en función de su biología”, dice.

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