El bloqueo
El bloqueo comercial y financiero contra Cuba, continúa como el principal cerco económico que afecta a la mayor de las Antillas, en todas las esferas del desarrollo, lo que ha propiciado que el pueblo sea el que sufra con mayor severidad las secuelas que esto ocasiona.
Durante los primeros días del mes de noviembre fue puesto a consideración de la Asamblea General de la ONU el proyecto de resolución cubana sobre la necesidad de poner fin al bloqueo, esa genocida y unilateral medida impuesta por el gobierno de los Estados Unidos durante más de seis décadas.
Fue la trigésimo primera ocasión en que el organismo internacional se pronunció sobre esta hostil política, pero a pesar de que muchos países están en contra de esta cruel medida, el gabinete norteamericano continúa con oídos sordos al reclamo de muchas naciones, o peor aún de un pueblo que toda voz exige el cese del bloqueo, pues sus consecuencias ya han logrado que toquemos fondo. Pero Washington también ignora a una mayoría de los estadounidenses, quienes de manera solidaria apoyan el reclamo del pueblo antillano de poner fin a este cerco, que ha buscado inútilmente matar por hambre y enfermedades a los habitantes de la isla, sembrar el descontento y minar el apoyo al proceso revolucionario.
La realidad es que generaciones de cubanos han vivido bajo este yugo, que priva a la nación de los ingresos necesarios para adquirir alimentos, combustibles y materias primas para la producción, incluso de medicamentos. El bloqueo es inmoral, es un acto de guerra económica en tiempos de paz, que atenta contra los derechos humanos de toda una nación y viola principios del derecho internacional
