TRADICIONES DEL FIN DE AÑO

A pesar de la compleja situación que hemos presentado los cubanos durante el dos mil veintitrés, el espíritu de celebración, de compartir en familia y con buenos amigos, de reunir entre todos para comprar el pedacito de carne de cerdo para asarlo y no dejar morir la tradición de cada treinta y uno de diciembre, continúa caracterizando a un pueblo que a pesar de los pesares trata de sortear las dificultades con la jocosidad y el amor que nos caracteriza.

Este fin de año será diferente si, pues muchas son las sillas que estarán vacías en cada hogar, familias que han quedado reducidas por la partida física de alguno de sus miembros o porque la migración también llegó a ese núcleo familiar y se fueron muchos, con el corazón oprimido y con la añoranza a flor de piel, pero con ese sabor cubano que los hace regresar a sus raíces, aunque estén en los más recónditos parajes de la geografía mundial, pues ese treinta y no de diciembre NO falte el buen asado, el congrí, la yuca con mojo, los juegos de dominó, las anécdotas familiares, el cubo de agua en el portal a la espera de las doce de la noche y el tradicional muñeco, ese que arde con fuerza para que en sus llamas se lleve lo malo y traiga un nuevo año cargado de buenas vibras.

Cada cultura y cada país tiene sus propias formas de darle la bienvenida al año; momento que se asume como un nuevo comienzo, como si la vida se reiniciara. En Cuba existen tradiciones propias y singulares para decir adiós cada trescientos sesenta y cinco días, la música por ejemplo es parte del ADN del cubano, por eso en toda fiesta de fin de año que se respete tiene que sonar una buena salsa, el reguetón del momento, música mexicana para los bebedores y romántico para los nostálgicos, pero sin lugar a dudas el retumbar de bocinas no puede faltar.

Otras de las tantas costumbres que nos caracterizan resulta esperar el nuevo año frente al televisor en compañía de programa que este en ese momento donde la mayoría de las familias esperan desde minutos antes de las doce que señala la hora oficial, seguidamente, tras el anuncio de la llegada del siguiente año las personas intercambian abrazos y deseos de prosperidad y bienestar para todos.

Recorrer la cuadra en compañía de una maleta vacía para llamar con buena energía un viaje es otra de las costumbres, que como curiosidad NO solo se celebra en la isla pues los colombianos también parecen ser entusiastas viajeros que incentivan a buscar nuevos horizontes.

Muchas son las tradiciones que tenemos los cubanos para despedir el año viejo, fecha en la que tratamos de dejar de lado el dolor y la tristeza para recibir un nuevo comienzo con la fe y la esperanza de que traerá mejores oportunidades y mayor felicidad, en ese momento NO olvidamos al que no está pero brindamos por ellos, con sidra, vino, cerveza o ron, con la bebida que tengamos pero que sin lugar a dudas nos traerá la satisfacción de estar vivos y de poder haber llego hasta aquí para despedir como se debe, otro año.

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