Fernanda y Fernando, en las grandes lides de las Matemáticas

Fernando Jesús Pérez Gutiérrez es un adolescente que cursa el 9no. grado en la Escuela Secundaria Luis Pérez Lozano, y que recién ganó medalla de bronce en el Concurso Nacional de Matemáticas. Ahora estudia en el colegio del Instituto Vocacional de Ciencias Exactas, Carlos Roloff, plaza que ganó con su desempeño docente allí en la “Luis Pérez”.

Junto a él, también en el amor, el más lindo y puro, ese que tiene lugar en la adolescencia y en comunidad de intereses, está Fernanda Díaz Cabrera, una muchacha linda y estudiosa, quien tras merecer, también, el bronce en el Concurso Nacional, comenta:

“Nos animamos a este concurso para vivir la experiencia y para probar nuestros conocimientos”, dice la muchacha, miembro de una prole de tres hermanos, también su condiscípula en la “Carlos Roloff”, dice soñar con la carrera de Diseño.

“El consejo que le doy a los muchachos que no se interesan aún por las Matemáticas, es que se animen, y que dejen de recurrir a la calculadora, es muy placentero hacer los cálculos de forma natural, eso te desarrolla el cerebro y crea muchas habilidades para la vida”, cuenta Fernando, quien tiene como meta ser un ingeniero en Control Automático, ya con una vocación bien definida, y profesión que precisa de cálculos exactos.

Se sienten motivados en la “Roloff”, el que consideran un paso importante para cursar el Preuniversitario: “Nos entrenamos para entrarle al décimo grado bien preparados”, dicen al unísino, y en sus ojos se refleja un mundo de conocimientos aún inexplorado, pero con el que desda ya, sueñan.

“Mi madre es económica, y mi padre, arquitecto, acota con orgullo Fernanda, de quien dice aprendió del amor por la asignatura de marras; “Los míos son ingenieros químicos, y también me inculcaron la preferencia por las Matemáticas”, cuenta el muchacho.

Argelia, la profesora guía, y quien los “trae de la mano” desde que comenzaron el séptimo, ha puesto en ellos la esperanza de su consagración como preceptora, una mujer que ya en edad de jubilación, continúa frente al aula, “porque esta pasión solo la vivo con mis estudiantes, que son únicos y he logrado animarlos a participar en los concursos”.

La escuela les otorgó un reconocimiento, sencillo, pero muestra de cuán orgullosos se sienten todos, estudiantes y colectivo en general, de sus logros, que a la postre son los de muchos.

Enhorabuena para estos muchachos, que coinciden en nombres, en el amor y en el desempeño en las grandes lides de las Matemáticas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

WP2Social Auto Publish Powered By : XYZScripts.com